MAG sin planes para contrarrestar plaga

En el país son cultivadas alrededor de 325 mil manzanas de terreno, el 95% del área se utiliza para sembrar maíz blanco, el cual se ve amenazado por el resurgimiento de la langosta voladora, ya que no se tiene una forma definida de combatirla.

 

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Por Roberto Alvarado

En 1947 el territorio salvadoreño fue severamente afectado en 3,000 kilómetros cuadrados por langostas voladoras (Schistocerca piceifrons piceifrons) proveniente de Honduras, y en los últimos días, se ha dado nuevamente un avistamiento de ese insecto que podría traer repercusiones en el agro.

Luis Treminio, presidente de la Cámara Salvadoreña de Pequeños y Medianos Productores Agropecuarios (CAMPO), señala que la langosta voladora reapareció en la última sequía del año pasado. “En el caso de la langosta, es complicado analizar su efecto como tal, ya que la última vez que se vio esta plaga fue hace 25 años, reapareciendo hasta en 2018, en la época de resiembra después de la sequía”, afirma Treminio.

A nivel regional, una de las plagas con mayor impacto agropecuario que se tiene es la de la langosta voladora. Esto se debe a que  tiene un amplio menú de opciones para atacar, ya que se concentra en cultivos como: frijol, soya, maíz, cacahuate, girasol, sorgo, chile, lechuga, tomate, plátano, caña de azúcar, arroz, ajonjolí, algodón, árboles frutales, coco, café, vegetación arvense (malezas) y hasta en productos derivados del cuero.

Enmanuel de Jesus Cuadra Campos, monitor del Área de Vigilancia Fitosanitaria que forma parte del Centro Nacional de Tecnología Agropecuaria y Forestal (CENTA), comenta que actualmente lo único que se hace es un monitoreo de las zonas donde hay mayores indicios de avistamiento. Aclarando que en dado caso se encuentre con una infestación de langostas, quienes lidian con la problemática en primer lugar son los agricultores de esa zona. “Nosotros lo único que podemos proporcionar son los insecticidas”, expresa Cuadra.

NO HAY PLAN DE CONTINGENCIA

Tanto Cuadra como Treminio, establecen que un plan de contingencia como tal no existe. Lo único que se hace de parte del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) es monitorear y establecer zonas de riesgo. De esta manera controlan el movimiento de las langostas. Enmanuel Cuadra aclara que la única forma en que el MAG puede generar un plan de contingencia es cuando la plaga haya sobrepasado las capacidades de los agricultores, caso contrario solo se mantienen los monitoreos.

Edwin Velado, monitor de la Escuela Nacional de Agricultura (ENA), menciona que el principal factor que ha influido en la proliferación de la langosta es el cambio climático. “Es una plaga que se creía que ya no existía”, asegura Velado.

Es de aclarar que lo más cercano a un plan de contingencia que se maneja, según Treminio, son los paquetes agrícolas. Ya que estos se proporcionan tanto al principio de las siembras como en las ocasiones en que hay pérdidas de cultivos. Sin embargo, desde el punto de vista de Treminio, estos paquetes tendrían que ser modificados para dar una ayuda aceptable al agricultor.

Jorge Arévalo, coordinador de la entrega de paquetes agrícolas del MAG establece que los paquetes podrían ser usados como un plan de contingencia ante los efectos de la plaga de langostas. Sin embargo, en el caso de plagas este plan se queda obsoleto porque no proporciona insecticidas.

La langosta voladora es conocida también popularmente como chapulines. Es una de las plagas más persistentes que hay en El salvador, porque aunque se fumigue, no es posible su erradicación completa.

Dentro de la familia de las langosta existe una amplia variedad. Entre las más comunes en El Salvador se encuentran la langosta voladora y la langosta de bosque.
La langosta voladora o chapulín es una de las plagas con mayor impacto a nivel regional.

Una de las peculiaridades de El Salvador es que forma parte del Corredor Seco Centroamericano. Esta es una franja que sufre el fenómeno de El Niño. Este corredor comienza desde la Costa Pacífica de Chiapas (México) hasta el oeste de Costa Rica y provincias occidentales de Panamá. Se caracteriza por ser una zona de bosque tropical seco. Actualmente el Corredor Seco simboliza la vulnerabilidad a los efectos del cambio climático y la necesidad de crear un plan para enfrentar esta problemática en la región.

El presidente de CAMPO señala que el 90% del territorio salvadoreño forma parte del corredor seco. Ello lo vuelve más vulnerable a la proliferación de plagas.

En 2018 representantes de CAMPO solicitaron que se hiciera un censo de daños para poder otorgar insecticidas a los campesinos, porque  entre julio y agosto de ese año el país se vio afectado por una fuerte sequía, la cual jugó un papel importante en la proliferación de langostas.

ZONAS AFECTADAS POR LA PLAGA

Hasta la fecha, los datos recolectados por el Área de Vigilancia Fitosanitaria del CENTA revelan que las zonas donde se han detectado langostas voladoras son Tecoluca, en San Vicente; California y Mercedes Umaña, en Usulután y Lolotique, en San Miguel.

El cultivo que se ve más afectado con esta plaga es el maíz. “La razón porque es tan nocivo, es la forma en cómo se comen el cultivo, ya que no se lo comen por completo, si no en porciones haciendo que suelte más sabia la espiga, generando que esa planta muera más rápido”, señala Treminio.

Las langostas adultas regularmente aparecen en primavera. Su presencia se vuelve notable cuando se aglomeran formando grandes mangas aladas. Durante sus vuelos se aparean en los descansos y a los 10 días las hembras desovan. Estas Perforan un orificio de hasta ocho centrimetros de profundidad en el suelo donde depositan  entre 50 y 120 huevos agrupados en forma de espiga.

Enmanuel Cuadra, del Área de Vigilancia Fitosanitaria del MAG, estipula que esta plaga no puede ser erradicada por completo, debido a que “Lo único que se puede hacer es monitorearla y evitar que se expanda a otras zonas, aunque se fumigue siempre tienden a reaparecer”.




 

El maíz es uno de los principales cultivos en el país, y el que más puede ser afectado por la langosta valorada.