Exhuman cuerpos de víctimas de guerra en la UES 

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Los estudiantes fueron asesinados el 6 de marzo de 1980

Las autoridades no descartan que en el campus puedan haber más cuerpos enterrados de personas que fueron asesinadas por tropas gubernamentales o grupos paramilitares, entre las décadas de los 70’s y 80’s.

El grupo que creó la FGR para investigar los crímenes cometidos durante el conflicto armado tiene un total de 186 denuncias. Foto por Andrea Escobar.

Por Andrea Escobar

 

El Juzgado Décimo Primero de Paz de San Salvador ordenó que se inicien las excavaciones para encontrar los restos de dos estudiantes de la Universidad de El Salvador UES, asesinados y enterrados en la plaza Salvador Allende, frente a la Facultad de Medicina de dicho centro de estudios superiores.

La Fiscalía General de la República (FGR) informó que se trata de los cadáveres de Raúl Hernández y Carlos Arias. Ambos estudiantes eran dirigentes del Frente Universitario de Estudiantes Revolucionarios “Salvador Allende” (FUERSA). Hernández fue raptado y asesinado luego de salir de la Facultad Multidisciplinaria de la UES en Santa Ana, y Arias murió en un accidente de tránsito; ambos hechos ocurrieron el 6 de marzo de 1980.

Un representante del grupo especializado de la Fiscalía para la investigación de muertos durante el conflicto armado, mencionó que siempre se pueden dar hallazgos en el proceso de exhumación, y uno de ellos puede ser que no sólo se encuentren los restos de Arias y Hernández, sino encontrar más. Se harán investigaciones para determinar si hay otros lugares donde se puedan encontrar restos de personas que fueron asesinadas en el contexto del conflicto armado.

Tres fueron las intervenciones militares que sufrió la Universidad de El Salvador: en 1960, 1972 y 1980. Las dos primeras ocurrieron durante los gobiernos de los coroneles Arturo Armando Molina y Carlos Humberto Romero y la última durante la gestión de la Junta Cívico Militar, que gobernó hasta 1984.

Durante las ocupaciones militares fueron destruidas bibliotecas, laboratorios y otros equipos e infraestructura de la universidad. Aproximadamente 800 personas fueron arrestadas, entre ellas el rector Rafael Menjívar y el decano de Ciencias y Humanidades, Fabio Castillo, quienes fueron encarcelados y exiliados en Nicaragua.

El siguiente video tomado de internet muestra imágenes fuertes de la toma de la UES del 26 de junio de 1980 y la masacre de la comunidad la Fosa, ubicada a un costado del centro universitario.

La FGR también realiza investigaciones sobre otros hechos que han sido denunciados. Se están conociendo e investigando más casos, dijo el representante del grupo especializado de la Fiscalía, quien pidió no revelar su identidad.

El presidente de la Asamblea General Universitaria (AGU), Iván Hernández, señaló que este caso se investigó por las denuncias que pusieron los familiares de los estudiantes asesinados, lo cual ha llevado hasta la judicialización. Hacer esta exhumación el 16 de enero representa algo simbólico para el país, por la conmemoración de los 28 años de la firma de los Acuerdos de Paz, agregó. 

Hernández dijo que se utiliza un georadar proporcionando el Ministerio de Obras Públicas (MOP) para identificar anomalías que se puedan encontrar en el subsuelo de la plaza, o localizar otros cuerpos. Luego de identificar la fosa en donde se encuentren los restos, el Instituto de Medicina Legal procederá a recoger, hacer el estudio forense y antropológico pertinente para determinar las causas de las muertes, y para finalizar se entregarán las osamentas a los familiares.

Los trabajos de excavación y exhumación serán coordinados por el criminalista de la FGR, Israel Ticas. Foto por: Andrea Escobar.

El vicerrector académico de la UES, Raúl Azcúnaga, mencionó que la Universidad es una institución comprometida con la memoria histórica. Azcúnaga agregó que la institución ha acompañado a los familiares de las víctimas hasta encontrar los cuerpos.

El proceso de exhumación podría durar un lapso de 30 días o prolongarse más, pero eso dependerá de muchos factores que todavía no se pueden predecir.

Un georadar servirá para ubicar con exactitud el lugar donde fueron enterradas las víctimas, y así dañar lo menos posible el piso remodelado de la plaza «Salvador Allende».