Bukele: “Si quisiéramos apretar el botón, solo apretamos el botón”

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Bukele reiteró al diario El País de España que “si hubiera querido hubiera tomado el control de todo el Gobierno esta noche”.

Sin tomar en cuenta los llamados a la cordura y respeto a la democracia que hicieron distintas organizaciones nacionales e internacionales, el presidente Nayib Bukele concretó el domingo 9 de febrero de 2020 su anunciada concentración con miles de simpatizantes y trabajadores públicos

Luego de ingresar al Parlamento y ocupar la silla del presidente de ese órgano de Estado, el mandatario salió a arengar a sus seguidores. Foto por Comunica.

Por Gloria Olivares 

 

El Jefe de Estado se presentó ante sus simpatizantes a las 4 de la tarte, en una tarima levantada desde el sábado 8 en la entrada sur de la Asamblea Legislativa. El presidente argumentó que su presencia se debía a la convocatoria a una sesión plenaria convocada por el consejo de ministros, para que aprobaran un préstamo por 109 millones de dólares, que se destinarán para financiar la fase III del Plan Control Territorial.

En su discurso el mandatario apeló continuamente a las emociones de sus simpatizantes. “¿Cuánto dinero pagarían para que ese ser querido volviera a estar aquí con nosotros? ¿Cuánto?”, preguntaba Bukele a la multitud desde la tarima.

En su alocución desacreditó no solo a organismos jurídicos que habían sentado postura sobre la situación, sino también afirmó no necesitar de una interpretación de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia sobre el artículo 87 de la Constitución. “no necesitamos que la Sala interprete un artículo textual”, expresó el mandatario. 

Previamente, organismos internacionales como la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, y nacionales como el Centro de Estudios Jurídicos (CEJ), la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA) y Fundación de Estudios para la Aplicación del Derecho (FESPAD) entre otros, habían advertido de las consecuencias del acto que estaba desarrollando, pero no les escuchó.

La militarización de la Asamblea Legislativa inició el sábado 8 de febrero, algo inédito en la historia reciente del país. Foto por Comunica.

Despliegue militar 

La presencia militar en los alrededores de la Asamblea Legislativa inició el sábado 8 de febrero. Esa misma noche el ministro de la Defensa, Fracis Merino Monroy, reafirmó su obediencia al presidente Bukele, «seremos obedientes a nuestro presidente y comandante general de la Fuerza Armada”, dijo en una declaración a medios de comunicación.

Siguiendo el compromiso adquirido un día anterior, desde tempranas horas del domingo 9 de febrero se incrementó el despliegue militar acompañados de oficiales de la Policía Nacional Civil, en los alrededores del Parlamento. Un hecho inédito estaba por ocurrir: el ingreso de Fuerza Armada en formación alrededor de los curules de los ausentes diputados, quienes no llegaron, tal como lo habían advertido.

Los pocos legisladores que presenciaron el hecho se mostraron en desacuerdo aquella escena. “No esperaba que se militarizara el congreso (…) yo he apoyado al presidente de la República en todo lo que va en beneficio de los salvadoreños, pero militarizar el Salón Azul yo no lo veo bien. No era necesario (…) nos sentimos incómodos”, expresó el diputado por Gana, Francis Zablah. 

La misma postura expresó el coronel José Almendariz, diputado por el partido Concertación Nacional, “Jamás, ni en mi vida de militar, durante el conflicto armado, ni mucho menos en mi vida como diputado habíamos visto esto”, expresó el parlamentario.

Apelación a Dios

¿Quiénes de aquí son creyentes en Dios?, preguntaba el presidente desde la tarima antes de su breve estancia en el sillón del presidente del Primer Órgano del Estado. Con la certeza que la mayoría de los asistentes eran creyentes, el mandatario se trasladó al Salón Azul donde ya lo esperaba una valla de los cuerpos de seguridad. Al ingresar, se instaló en el asiento del presidente de la Asamblea, donde reafirmó con sus palabras quién tenía el control de la situación. Argumentó que los diputados que decidieron no asistir habían cometido “desacato constitucional”. Enseguida, el jefe de Estado se llevó las manos al rostro y procedió a “orar”, según sus palabras, pidiendo sabiduría para saber llevar la situación. 

Los diputados formarán una comisión para investigar sobre el ingreso de militares al pleno legislativo. Foto tomada de redes sociales.

Sin decir palabra inició su marcha de regreso hacia la salida sur de la Asamblea Legislativa. Al estar de nuevo en la tarima, arengó a sus seguidores: “Ustedes saben, el pueblo salvadoreño completo sabe, nuestros adversarios saben, la comunidad internacional lo sabe, nuestra Fuerza Armada lo sabe, nuestra Policía lo sabe, todos los poderes fácticos del país lo saben: si quisiéramos apretar el botón, solo apretamos el botón. Pero yo le pregunté a Dios y Dios me dijo “paciencia”. Paciencia, paciencia” expresó seguido de una reacción negativa por parte de sus simpatizantes.

Advertencia y lavado de manos 

El mandatario increpó a su “pueblo”,“¿Por qué la vamos a tomar por la fuerza?” y siguió insistiendo en la paciencia, ya que “ningún pueblo que vaya encontra de la voluntad de Dios ha triunfado”. Continuó dando un plazo de una semana para que la Asamblea haga la aprobación de la III fase del Plan Control Territorial, de lo contrario el llamado a la insurrección se mantendrá vigente “yo no me voy a poner entre el pueblo y el artículo 87 de la Constitución, quedará en sus manos aplicarlo”, advirtió.

Este lunes la situación cambió de rumbo. Los diputados, que en principio sesionarían para aprobar el préstamo, dijeron que no actuarán bajo amenaza y su presidente, Mario Ponce, dijo que crearán una comisión para investigar los hechos; mientras que la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia decretó medidas cautelares en las que ordena dejar sin efecto la convocatoria a sesión extraordinaria de la Asamblea Legislativa, al presidente que se abstenga de hacer uso de la Fuerza Armada en actividades contrarias a los fines constitucionales y a la Policía Nacional Civil y al Ministerio de Defens a no ejercer funciones distintas a las que constitucionalmente están obligadas.

La tensión entre ambos órganos de Estado continúa. A través de sus redes sociales dijo que “vamos a luchar contra eso. Con la ayuda de Dios, del pueblo, de nuestra  @FUERZARMADASV y nuestra  @PNCSV