Vulnerabilidad de las mujeres, el lado de la pandemia que no se aborda

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Vulnerabilidad de las mujeres, el lado de la pandemia que no se aborda

Luego de un año de pandemia, la organización Heinrich-Böll-Stiftung en colaboración con la revista digital Alharaca, realizó un estudio en el que se visualizan los impactos que el COVID-19 ha dejado en la vida de las mujeres en la región. 

Uno de los principales hallazgos que se encontró en el informe es que para el año 2030 por cada 100 hombres que estén en pobreza extrema, 121 mujeres sufrirán esa crisis. Foto por Comunica.

 

Por: Andrea Escobar y Carlos Iraheta

El tema para el Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo es “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19” y celebra los enormes esfuerzos que realizan mujeres y niñas en todo el mundo para forjar un futuro más igualitario y recuperarse de la pandemia.

En todo el mundo, las mujeres se enfrentan a un aumento de la violencia doméstica, a tareas de cuidados no remunerados, al desempleo y a la pobreza. Pese a que las mujeres constituyen la mayoría del personal de primera línea, existe una representación desproporcionada e inadecuada de mujeres en los espacios de política nacionales y mundiales relacionados con el Covid-19, señala ONU Mujeres.

La economista y autora del estudio, Ana Cevallos, mencionó en el conversatorio “Potenciales vulnerabilidades de las mujeres frente a la pandemia por la Covid-19: El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua”, que todas las personas han sido afectadas por la pandemia, pero las mujeres han sufrido las mayores consecuencias. 

Cevallos explicó que lograron registrar vulnerabilidades desproporcionadas en detrimento de los derechos de las personas más pobres, pero especialmente de las mujeres. “Pues, en estos países, son quienes asumen la mayor parte de los costos que imponen, no solo las crisis, sino que también las fallas del Estado, el mercado y las familias en la provisión del bienestar”, expuso Cevallos.

Por otra parte, Marcela Arias, abogada y especialista en estudios de género, comentó que la realización de estos informes es importante para evidenciar la situación de las mujeres en Centroamérica. Para la abogada, la desigualdad de género en esta región se ve afectada y profundizada por el crimen organizado, corrupción, gobiernos ilegítimos y violencia generalizada. 

“Es importante enmarcar que las desigualdades sistémicas y la crisis de derechos humanos impactan en mayor medida a las mujeres y niñas”, señaló Arias. La abogada explicó que los estados están encargados de respetar, proteger, cumplir, garantizar el disfrute de los derechos humanos y de aprobar todo un marco legal para proteger a los individuos, permitiéndoles el acceso a servicios y recursos jurídicos, pero no lo cumplen.

En marco de la pandemia, Cevallos analizó que la balanza de posibles afectaciones entre las niñas se encuentra en la posibilidad de reincorporarse a la escuela. La economista explicó que un 36% de las niñas y adolescentes salen del sistema educativo por problemas de embarazo, matrimonio forzado y por trabajos no remunerados.

Otra de las afectaciones según Cevallos, es que el sistema de salud que ya estaba en crisis y que con la emergencia del Covid-19 se ha visto más afectado, en detrimento de las mujeres. “Las niñas se enfrentan a un sistema de salud que no las atiende de la forma adecuada ya que no existe un marco legal que permita hacerlo”, aseguró. 

Además, Cevallos externó que El Savaldor y Nicaragua han registrado un alto número de femincidios durante el confinamiento, pero la violencia sexual se redujo levemente en Guatemala y El Salvador. La economista explicó que esto se debe a que las medidas de confinamiento afectaron los canales para hacer denuncias de este tipo de vulneraciones.

“Luego del toque de queda han habido casos de asesinatos hacia mujeres y se exigen investigaciones al respecto”, aseguró por su parte Arias. La abogada explicó que los feminicidios en Honduras han aumentado y que hasta el momento hay siete mujeres asesinadas. Todos estos casos de feminicidios han sido mediatizados para poder evidenciar las vulnerabilidades que están teniendo. 

Arias explicó que en Centroamérica los aspectos que interesan evaluar y examinar son económicos, sociales y culturales, donde se encuentran el derecho a la alimentación, educación, salud sexual y reproductiva, derecho laboral, entre otros. Estas problemáticas, aunque no son nuevas, han aumentado significativamente en la pandemia. 

Por esta razón, Michelle Molina, economista e investigadora, destacó que en Guatemala la pandemia del Covid-19 ha afectado gravemente a la población en ámbitos económicos, pero hay un sector que ha sido más vulnerable y son las mujeres del área rural. Esto es una consecuencia de la crisis por la caída del empleo formal e informal.

“Las mujeres están sobre representadas en áreas laborales, alrededor del 40% de ellas se concentran en comercio, restaurantes, hoteles y turismo”, aseguró Molina. La investigadora señaló que con un sistema patriarcal las mujeres siempre han estado en una posición de vulnerabilidad, en el mercado siempre han tenido trabajos más inseguros, con un salario menor, incluso cuando se desempeñan en la misma área que un hombre.

Otro hecho desigual en la economía son los préstamos a las mujeres. Molina explicó que hay estudios donde se muestra que hay empresas que se niegan a facilitar estos bienes, ya que creen que las mujeres no pueden pagar por no tener un salario fijo o un trabajo formal, a esto hay que sumarle que la movilización para ir a un banco y el tiempo que se requiere, al final es un sistema que no es amigable con las mujeres. 

“Si en el país se va a reactivar la economía y se piensa dar créditos, la política no debe ser ciega a este tipo de cosas y favorecer a las personas que han sido más vulneradas, ya que no acceden a esto con la misma facilidad”, comentó Molina.

Molina explicó que la tasa de interés activa es más alta para las mujeres que para los hombres. Imagen obtenida por Comunica.

En materia de violencia contra las mujeres se encontraron distintos datos que la crisis sanitaria ha entorpecido. “La pandemia nos demostró que estamos en una crisis de países altamente corruptos donde no administran bien los insumos públicos y que es necesario trascender a otras fronteras que logren los objetivos para lo que han sido diseñadas las mujeres”, finalizó Cevallos. 

 

Según Molina, el total de mujeres que emigran es de 34% y que las razones principales por las que dejan sus tierras natales son la economía y la violencia. En el recorrido por llegar a tierras estadounidenses, una de cada tres mujeres es agredida. 

 

La investigadora destacó que uno de los empleos que las mujeres migrantes logran obtener en otras naciones son los servicios de cuidado, ya que en países de primer mundo hay más oportunidades para que las mujeres tengan un empleo formal y necesiten que alguien cuide de sus hijos.

 

Cevallos explicó que el trabajo de cuido en estos países no cuenta con el reconocimiento económico social, y que las mujeres ejerzan esta labor es consecuencia de un sistema patriarcal.  “A medida que caen los ingresos, la válvula de ajustes para el bienestar es recurrir a trabajos no remunerados”, finalizó.

 

Para combatir estas problemáticas, Arias recomienda a la comunidad internacional que busque y oriente a los estados para que respeten los derechos humanos. “Es un reto pensar de qué manera construimos e hilamos los actores estatales que tienen un papel determinante”, finalizó.