La otra escena del teatro
El 03 de marzo el Teatro Nacional de San Salvador cumplió 104 años desde que fue fundado en 1917. El Ministerio de Cultura realizó el 26 de este mes una presentación de aniversario, en el marco del Día Internacional del Teatro.
Por Sofía Benítez
“Estamos ansiosos por volver al escenario”, fue la frase con que los actores de teatro dieron la bienvenida a su primer público presencial después de meses de confinamiento y año de pandemia. En el marco del Día Mundial del Teatro, finalmente fue posible realizar la primera presentación sin la intervención de una plataforma virtual.
Durante la pandemia, el Ministerio de Cultura incluyó en el Fondo de Emergencia una convocatoria para que las compañías de teatro aplicaran a una subvención económica, además de ser enlistadas para subirse al escenario en el marco del Día Mundial del Teatro.
Las obras elegidas fueron Dos viejos pánicos y Camino del cielo, la primera con una temática enfocada en el miedo que cada adulto mayor tiene a la rutina diaria y a una inesperada muerte; y la segunda es un símil entre la masacre de El Mozote (El Salvador-1981) y el holocausto judío ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial (Europa, 1941-1945).
Las personas que reservaron en línea sus entradas disfrutaron de ambas funciones. Para ello tuvieron que ingresar a la página http://(https://market.gob.sv/) que habilitó el Ministerio de Cultura, donde accedieron a través de internet y su correo electrónico. A diferencia de años previos, los afiches de estas funciones no fueron colocados en la entrada principal del teatro, lo que evitó que fuera conocida por el público en general, especialmente aquellos que desconocen de la existencia de este sitio web.
A pesar de tener público limitado y distanciado entre butacas, las obras fueron una explosión de color y desborde de emociones. El director de Dos viejos pánicos, Fernando Umaña comparte que “Esta obra nació en La Galera Teatro que es un teatro muy pequeño, experimental y donde el público está alrededor. Esta es la primera vez que la presentamos aquí en la Pequeña Sala, a la (forma) italiana, donde el público está frente a los actores y no rodeándolos”.
Por otra parte, artistas escénicos de menor trayectoria también mostraron sus habilidades artísticas al aire libre. Sin mucho distanciamiento, las personas que no reservaron cupo para las funciones del gran teatro llenaron la plaza Francisco Morazán, donde apreciaron el espectáculo público.
Con actos entretenidos, las personas terminaron su día entre risas y aplausos para los artistas. Los escenarios han cambiado y “de acuerdo al espacio, las obras sufren modificaciones, y los mismos actores sufren ajustes para poder dominar el espacio”, comenta Umaña.
El teatro tiene una función educativa, moralizante y de crítica a todos los sectores sociales, políticos y religiosos; igualmente, cumple una función de entretenimiento, catarsis y evasión. Sin embargo, una vez más estas funciones son obstruidas por los filtros clasistas a los que siempre el teatro se ha visto enfrentado, aunque se pretenda ampliar su radio de incidencia.