Acoso sexual, el día a día de las mujeres

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El acoso y otras formas de violencia sexual representan serios obstáculos que menoscaban la libertad y el derecho de las mujeres a moverse con autonomía. Estas conductas no solo restringen su participación en ámbitos educativos, laborales y públicos, sino que también limitan su acceso a actividades de ocio.

Por Renée Larissa Argueta, Luz María Cerna y Carolina Elizabeth Galán

En el año 2020 la ONU Mujeres (Organización de las Naciones Unidas Mujeres), publicó el Programa Ciudades y Espacios Públicos Seguros para Mujeres y Niñas en América Latina: Informe de resultados, cuyas estadísticas son a partir de diagnósticos sobre el acoso sexual en América Latina, y muestran un panorama desalentador. 

El acoso sexual en espacios públicos es un problema persistente en El Salvador. Este fenómeno, caracterizado por conductas intrusivas de índole sexual en lugares accesibles al público, no solo ha dejado huella en la sociedad salvadoreña, sino que es un tema frecuentemente ignorado y minimizado.

La conducta sexual indeseada es castigada con cárcel en El Salvador. El artículo 165 del código penal establece «El que realice conducta sexual indeseada por quien la recibe, que implique frases, tocamiento, señas u otra conducta inequívoca de naturaleza o contenido sexual y que no constituya por sí sola un delito más grave, será sancionado con prisión de tres a cinco años».

“Los hombres quienes ejercen el acoso, no lo llegan a ver como algo malo, incluso lo ven como si estuvieran haciendo un favor con los “piropos”, con decirte cosas obscenas en la calle” asevera Paola Pineda, de 18 años, estudiante de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), quien ha vivido varias veces acoso sexual en espacios públicos.

Pineda declara que a principios de marzo del 2024 fue acosada en una pasarela por dos hombres, quienes la siguieron mientras caminaba y le decían frases de índole sexual; “Han sido muchas, pero la más reciente fue en la pasarela, donde se me acercaron dos hombres, me iban diciendo vulgaridades” relata esta víctima de acoso.

El Artículo 55 de la ley integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, establece medidas específicas para prevenir y sancionar el acoso sexual en espacios públicos. Este artículo define el acoso sexual como cualquier forma de conducta verbal, no verbal o física de naturaleza sexual que tenga el propósito o efecto de atentar contra la dignidad de las mujeres, creando un ambiente intimidatorio, hostil, degradante u ofensivo.

La Fiscalía General de la República recibió 3,112 denuncias de acoso sexual en 2021, las evidencias mostraron que un 60% de las victimas son niñas menores de 17 años, mientras que las jóvenes de 12 a 15 años representan el 45%; y finalmente un 15% de niñas menores de 12 años; en este registro también se incluyen a las mujeres mayores de 60 años.

Datos de la Oficina de Información y Respuesta de la Fiscalía General de la República, de enero a septiembre de 2021.

La Oficina Nacional de Estadística y Censo registra en el Boletín sobre Estadísticas de Género en 2019, los incidentes de violencia sexual que han vivido los hombres y las mujeres en El Salvador, abarcando tanto espacios públicos como privados.

Aunque la mayoría de los casos registrados ocurrieron en el ámbito privado, los cuales son espacios, construcciones o propiedades que pertenecen a una persona en particular, aproximadamente el 35% de los incidentes tuvieron lugar en espacios públicos, los cuales son lugares como calles, parques y transportes de uso público. Este dato resalta la prevalencia significativa de la violencia sexual en áreas de acceso generalizado.

 

El Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), en 2019, hizo una encuesta sobre la prevalencia de la violencia sexual pública en contra de las mujeres de 15 años en adelante, de las que 60 de cada 100 mujeres dijeron haber experimentado en algún momento de su vida violencia sexual en espacios públicos. En el área urbana se calculó que 66 de cada 100 mujeres habían sido violentadas y, en el área rural 44 de cada 100.

En 2023, María Noel Vaeza, directora regional de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) Mujeres señaló que en El Salvador el 68% de las mujeres entre 15 y 25 años sufren de acoso sexual en espacios públicos, principalmente en el transporte público.

Los delitos de violencia sexual denunciados en UNIMUJER ODAC entre enero del 2021 y diciembre del 2022 sumaron un total de 2,026. Entre un año y otro, las denuncias por este tipo de hechos incrementaron 49.2%, pasando de 813 denuncias en 2021 a 1,213 denuncias en 2022. Las denuncias de acoso sexual en 2021 fueron 179 y en 2022 las denuncias pasaron a ser 252, donde hubo un incremento del 40%.

 

“Hubo una ocasión en la que estaba cerca, entonces lo que hice fue pararme a la par de la niña y fingir que la conocía, después le pregunté si conocía a ese hombre y ella me dijo que no, ya después nos fuimos juntas a la parada para que no se sintiera incómoda” dijo Alejandra Campos, de 18 años, estudiante de la Universidad de El Salvador (UES), quien narró la vivencia de cuando un hombre se acercaba a otra joven estudiante de manera lasciva, y al notar la incomodidad, intervino en la situación.

Desde su experiencia relata que ha observado a varios hombres mirar a niñas pequeñas que no pasan de los 15 años. “Varias veces, más que todo a niñas que van saliendo de los colegios”, dice Campos. Comenta que ella misma ha enfrentado acoso en forma de frases vulgares o explícitas. Ella siente que este delito ha sido normalizado por parte de los mayores. “Yo creo que nadie se salva y más de una vez nos va a pasar, independientemente de la zona en la que estemos, uno dice “ah no me va a pasar nada” o “no me va a decir nada”, pero en todos lados pasa”.

El año 2024 ha sido testigo de diferentes casos de acoso sexual en El Salvador, estos incidentes han emergido en diferentes momentos y contextos. El Observatorio de Violencia contra las Mujeres publicó un reporte de incidentes que sucedieron en el mes de marzo del 2024, en donde resalta que muchos de los casos de acoso se llevan a cabo en el transporte público.

 

Acoso en el transporte público

En febrero de 2024 se reveló un informe del proyecto regional Infosegura, del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el documento “Viaje seguro: explorando la seguridad de las personas usuarias del transporte público en el AMSS”. Este informe incluyó un sondeo entre las personas usuarias del servicio y la encuesta mostró resultados preocupantes: aproximadamente una de cada cuatro mujeres ha enfrentado acoso sexual en el transporte público.

“Me tocó ver una vez en una ruta que yo iba, que se subieron unas niñas con uniformes y de repente un señor se les queda viendo y cuando pasó, las pasó tocando y no las dejaba de ver” comenta Gracia Gonzáles, de 18 años, estudiante de la Universidad Centroamericana José Simeon Cañas (UCA), quien ha observado y vivido experiencias de acoso sexual en espacios públicos.

Estas vivencias han dejado temor y cautela en las víctimas, Gonzalez expresa que no ha observado que el país promueva a las organizaciones que ayudan a las víctimas de acoso. ”Puede que existan programas de ayuda y de apoyo para este tipo de casos, pero o no son muy conocidos, o no sé, pero puede que sean silenciados, que no dejen que sean conocidos, que la gente sepa que tienen acceso a eso porque al tener a las personas asustadas, traumadas; pues hacen y creen lo que quieren, entonces las personas más fuertes pueden tomar provecho de eso”, expresa la joven estudiante.

En los últimos años algunos empresarios de rutas de buses comenzaron a poner atención al tema, en vista de que las unidades de transporte es uno de los espacios públicos donde se comete el delito. Algunos concientizan a través de charlas a sus trabajadores y otras, como la ruta 30-B, han lanzado campañas de prevención del acoso en sus unidades.

“La última vez que se les dio capacitaciones a los motoristas fue en 2017 y 2018, estas capacitaciones fueron para prevenir el acoso hacia las mujeres en las unidades de transporte, en donde se les indicaba que debían de estar pendientes en que no las vayan tocando o que nadie les diga palabras soeces” relata José Alexander Pérez, empresario de la ruta 101-A y 101-B.

Las capacitaciones que se realizarón en estas rutas fueron con el objetivo de que el personal proteja a las mujeres y no permita este tipo de actos en el transporte; debido a que la mayoría de los trabajadores de la industria del transporte son hombres, no han enfrentado acoso sexual entre el personal.

Pero también hay casos en los que los agresores son transportistas no autorizados, conocidos como “piratas”. Nahomy Fernández de 18 años, estudiante de la Universidad Don Bosco relata que mientras viajaba con su madre, el motorista de un pick up de transporte “pirata” hizo tocamientos indebidos a su persona.

 

¿Por qué el miedo a denunciar el acoso?

Nahomy denunció formalmente su caso en la delegación policial de Ilopango y Soyapango.“Nos llevaron a una delegación para poner la denuncia, no nos quisieron atender, o sea, no era de su agrado” sospecha Nahomy. Ella relata que tuvo dificultades para poner la denuncia, ya que cuando ella sufrió el caso todavía era menor de edad y las autoridades se mostraron reticentes a tomar su denuncia. Finalmente la denuncia fue tomada, el agresor procesado, aunque luego liberado de cargos.

“En la última audiencia que yo fui, que fue el 4 de julio del 2024, le quitaron todos los cargos y yo me quedé: porque hacen eso, si el señor puede seguir haciendo eso afuera, porque en las calles las mujeres se quedan calladas”. Aunque las autoridades actuaron, el hombre que cometió un delito establecido en el Art. 165 del Código Penal logró que se levantaran los cargos en su contra, luego de 4 meses de proceso judicial.

Luego de contar su experiencia, Paola Pineda también explica que no ha denunciado su caso de agresión en la pasarela, por el mismo miedo que le causan las autoridades, “No es tomado muy en serio, incluso los militares me han acosado, no hay un lugar seguro donde denunciar”. Según su experiencia, las autoridades desalientan a la víctima a tomar acciones al respecto, como a poner una denuncia.

Keyri Zelada, líder de Girl Up UCA, una organización que se dedica a promover el empoderamiento femenino, explica los posibles tropiezos que encuentran las víctimas al momento de denunciar: “El mayor impedimento es el miedo al qué dirán, ese estigma social. Durante el proceso de denuncia, las víctimas a menudo son juzgadas, lo que desvía la culpa hacia ellas en lugar de enfocarse en el agresor”. Agrega que la mayoría de las mujeres no denuncian también por la desconfianza en las autoridades.

“Los casos de denuncias de acoso sexual a menudo no se concretan en su totalidad y quedan impunes, debido a la “falta de pruebas” que presenta la víctima, o que las denuncias no se consideran válidas.” Las personas que han sufrido acoso sexual en espacios públicos deben de afrontar este tipo de barreras para que su denuncia sea procesada.

“Solo contaba con el apoyo de mi madre”

Nahomy agrega que las veces que ha vivido acoso sexual en espacios públicos no han existido personas que se acerquen a auxiliarla. Desde su perspectiva, el acoso ha sido tan normalizado en nuestra sociedad, pues “la mayoría de la sociedad cree que las mujeres somos el sexo negativo, opuesto, el más débil”.

Paula Mercedes Henríquez Olivares, abogada del Instituto de Derechos Humanos de la Universidad Centroamericana (IDHUCA) indica que la violencia sexual y el acoso a menudo está normalizado en la sociedad, a pesar de que hay disposiciones legales que establecen claramente los comportamientos que constituyen el acoso. “El acoso es algo más verbal, implica conducta, la misma ley establece que implique frases y tocamientos pero muchas veces vemos normalizada la violencia sexual”, afirma Olivares.

«Muchas veces se culpa a las víctimas por este tipo de cosas», agrega la abogada. Este comentario sugiere que en muchas ocasiones las víctimas son culpabilizadas por el acoso sexual u otra forma de violencia, lo cual es un grave problema en la sociedad. Ella explica las características sociales que aún favorecen a los hombres sobre las mujeres: «Somos una sociedad bastante patriarcal y machista» , afirma.

Paula Enríquez, abogada del IDHUCA.

“El acoso no es solo de hombres a mujeres, puede ser incluso a la inversa pero estadísticamente hay más prevalencia de acoso de hombres hacia mujeres”, señala la abogada, por lo que es importante abordar delito de acoso sexual en todas sus formas y direcciones, así como de proporcionar apoyo y protección a todas las víctimas.

A pesar de los esfuerzos por obtener una declaración oficial de la Fiscalía General de la República (FGR) y datos sobre el «Número de denuncias recibidas, casos estadísticos con resultados condenatorios, conciliaciones, suspensiones condicionales y procedimientos abreviados relacionados al acoso sexual en espacios públicos (Art 165 CP) en el periodo contenido de enero 2018 a mayo 2024», no lo logramos, debido a que esta entidad estatal dijo que no ha generado la información solicitada.

A medida que la discusión sobre el acoso sexual en los espacios públicos continua, es crucial que las autoridades, adopten medidas más claras y efectivas para garantizar la seguridad y protección de todos los ciudadanos.

Departamento de Comunicaciones y Cultura

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