Lecciones para el periodismo tras la campaña de Bukele
Lecciones para el periodismo tras la campaña de Bukele
El presidente electo Nayib Bukele optó por los medios digitales para su campaña política. Decisión que lo puso en ventaja frente a los otros candidatos.
Por: Sofía Barrillas, Doris Rosales y David Penado.
Durante muchos años las campañas electorales en El Salvador se desarrollaron a través de plataformas de comunicación tradicionales, como la prensa escrita, la radio y la televisión. Sin embargo, el presidente electo, Nayib Bukele, se inclinó y apostó por difundir su imagen pública y su propaganda política en medios digitales y redes sociales. Esta estrategia, según la periodista de la radio YSUCA, Kenia Gómez, fue clave para la obtención del triunfo.
Gómez asegura que “los medios tradicionales han evidenciado una disminución en la ética periodística. De alguna manera lo que hicieron fue disminuir la información sobre la campaña de Nayib Bukele y darle preponderancia a la campaña de Carlos Calleja y a Hugo Martínez. Esto expresaba una marcada tendencia a la derecha o a la izquierda, lo que provocó desánimo en el público en general. Las personas pudieron identificar en esto un amplio sesgo ideológico, por lo que optaron por informarse a través de los nuevos medios digitales”. También asegura que Bukele no subestimó la presencia de las audiencias en las redes sociales, lo que le permitió posicionarse en ellas con mayor ventaja frente al resto de candidatos.
Para el coordinador nacional de la Juventud de Nuevas Ideas, Henry Flores, “los medios tradicionales ya pasaron de moda, porque tienen su propia agenda, porque se alejaron de la noticia ética y con verdad. En cambio, la gente quería escuchar la verdad, misma que llegó en tiempo real y sin ediciones, la gente podía acceder desde su teléfono en cualquier momento para saber lo que estaba pasando”.
El periodista y director del periódico digital “Última Hora”, Alberto Uribe, dice que una forma estratégica para llegar a la gente era por medio de los celulares. “En el país, según información que ha brindado Tigo, hay al menos 20 millones de celulares activos. Entonces, una forma de llegar a la gente es justamente a través del celular. También hay que tomar en cuenta que Nayib sabía que no solo los jóvenes están en las redes sociales, ahí hay personas de todas las edades, y por lo tanto su campaña tuvo un impacto muy amplio”.
Por su parte el periodista del Diario de Hoy, Marvin Romero, dice que Nayib tuvo una buena estrategia y supo maniobrar en redes sociales. Esta fue una forma novedosa de comunicarse. “Él tuvo una buena estrategia en cuanto a redes sociales, y el resto de partidos se quedaron lejos de alcanzarlo”, declara.
Los medios tradicionales han tenido que adaptarse, han tenido que jugar con la manera en la que él comunica. “Por ejemplo, los candidatos de los otros partidos convocaban a conferencia, él convocaba a un Facebook live. Y tenían que estar dándole cobertura a ambos escenarios” dice Romero.
Frente a esto, Flores expresa que los “medios tradicionales siguen respondiendo a grupos de poder. El balance a favor de ARENA-FMLN era evidente. Había una agenda de obviar las propuestas de campaña de nuestro candidato, diciendo que no teníamos propuestas, cuando Nayib lanzaba muchas en cada evento”. Por lo tanto considera que debe haber una reestructuración en la manera de hacer periodismo, “los medios digitales han desplazado a los medios tradicionales en la agilidad de la noticia y transmisión real de los hechos. La gente no ve formatos, solo quiere recibir información en audio, video o foto y las redes y los medios digitales explotaron esa necesidad, no importaba cómo la decían pero transmitían el mensaje”, concluye.
“No se trata de que los medios tradicionales pierdan credibilidad, sino que la gente está leyendo con inmediatez, por lo que se vuelve importante que los medios tradicionales transiten a la vida digital, sin olvidar, ni abandonar la ética periodística y la calidad de la información”, dice Uribe.
Tal como dice Romero, para los medios tradicionales será un reto adaptarse a la forma de comunicarse del nuevo presidente. Sin embargo, se pierde la dinámica de obtener información. Se tendrá que esperar a lo que él decida comunicar.
