¿Para qué sirven los equipos de reserva?
A través del proceso de formación de la reserva, muchos jóvenes son impulsados a jugar el fútbol de manera profesional hasta llegar al juego de primer nivel
Enrique Rubio y Andrea Escobar
Según José Portillo, jugador del Club Deportivo Alianza, uno de los principales objetivos del proceso del equipo de reserva es tratar de formar al jugador, de prepararlo física, mental y futbolísticamente de la mejor manera para que en un futuro llegue a los equipos de primera división.
«En el proceso de selección de los jóvenes, se hace una convocatoria a jugadores entre 17 a 20 años para que puedan llegar a unas visorías y puedan demostrar su talento», comentó Walter Molina, jugador del equipo de reserva del Isidro Metapán.
Molina señaló que lo primero que se busca en una visoría es que el jugador tenga la capacidad de desempeñarse sin miedo alguno y que se le vean las ganas de ser parte del equipo, lo demás poco a poco se va trabajando y mejorando.
Milton Meléndez, mejor reconocido como “Tigana”, director de las fuerzas básicas de Alianza, menciona que lo que se necesita en aquellos jóvenes interesados en ser parte de un equipo de reserva, es que sean jugadores completos, que no tenga ninguna dificultad en la táctica y técnica. Recalca la importancia de un equipo de reserva, y destaca que es un equipo profesional, por lo que también se busca un compromiso por parte del jugador en todo sentido. Desde lo deportivo hasta lo personal.
La Federación Salvadoreña de Fútbol estipula que una de las reglas para la participación de los equipos en las tres divisiones profesionales es que la Primera División deberá contar con sus categorías de reserva, Sub 17, Sub 15 (todos masculinos) y femenino categoría mayor. De esta forma se espera el compromiso junto con la disciplina de parte de los equipos y los jóvenes reservistas, siendo puntual a los entrenos, cumpliendo una dieta balanceada y presentándose a todos los entrenamientos.
Una de las dificultades de los jugadores es poder dedicar el tiempo necesario a los estudios y llevarlos a la par del balompié, pues Meléndez asegura que los jóvenes que aún están en el proceso de educación media se les hace más difícil por sus horarios fijos de estudio. En cambio, un joven universitario puede elegir los horarios de tal modo que no se crucen con los entrenos.
De igual forma, Portillo menciona que el estudio y el fútbol pueden estar ligados, la idea es que el joven crezca no solo futbolísticamente sino también moral y personalmente. Lo importante es establecer un equilibrio entre los estudios y el deporte, organizar y aprovechar bien el tiempo y llevar ambas actividades de la mano.
Desde la categoría menor se trata de sacar jóvenes para equipos de división y promover jugadores para equipos de primera, sin embargo, según datos obtenidos por Comunica, sólo 1 de cada 33 jugadores han debutado en el torneo de este año, y sólo tres de los 12 equipos se inscribieron.
Meléndez recalca que todos los equipos deben de darle importancia a las reservas, no sólo la Liga Mayor de Fútbol (LMF), ya que es un semillero de talento dentro del club y se reduce la necesidad de ir por jugadores a otros lugares.
La categoría de la reserva es fundamental en la preparación de los jugadores. Enseñar las bases del fútbol, cumplir con un compromiso y ser parte de un equipo, es fundamental para el crecimiento del futbolista. La importancia de la reserva es más grande de lo que se cree, porque sin ella, los equipos se quedan sin jugadores para el futuro.