Los terapeutas de la risa

El Día Mundial del Circo es celebrado por la Federation Mondiale du Cirque cada tercer sábado del mes de abril. Este año la celebración tendrá lugar el 17 de abril de 2021.

La profesión de payaso en El Salvador es semi-empírica debido a la falta de lugares de preparación. Foto cortesía de Karla Hernández.

 

Por: Enrique Rubio


La risa, según el filósofo alemán Friedrich Nietzsche, se describe como la intuición poética del mundo en una actitud vital por excelencia, ya que da cuenta de la gran salud de aquel hombre que la ejecuta. Pero, para un payaso, esto es totalmente distinto, esta se describe como una necesidad del ser humano en todo momento de la vida, ya sea para trabajar, jugar, estudiar etc.

“Dar una sonrisa es de las cosas más lindas que puedes producir a otra persona, le puedes generar recuerdos imborrables y que tú seas responsable de eso, puede marcarte para toda la vida”; de esta, forma la payasa “Lalita” explica las sensaciones del payaso al producir la risa.

Karla Hernández es la artista que está detrás de “Lalita”. Ella relata que todos los artistas llegan de diferentes formas al mundo de los payasos, pero que su finalidad es siempre la misma; cambiar, mejorar y alegrar un momento de la vida a través de la risa. “Lalita” nació por casualidad, aunque siempre se sintió payasa desde el momento en que vio la luz de este mundo.

El apoyo de los seres queridos siempre es importante para desarrollarse de la mejor forma en esta profesión, hacer caso nulo a las críticas destructivas y enfocarse en prepararse poco a poco. En una presentación siempre habrá un intercambio de energía con el público y esto se puede reflejar en varios aspectos como el vestuario o el maquillaje.

Hace años los payasos eran clasificados en tres tipos: los Cara Blanca, Augusto y Vagabundo, pero con el crecimiento del arte fueron creciendo varias ramas del mismo. Foto cortesía de Karla Hernández.

Para ser payaso no se estudia…

Contrario a lo que muchos creen, para ser buen payaso sí es necesario estudiar. El director de circo Hernán Gené en su libro “La dramaturgia del clown”, opina que “Detrás del torpe payaso debe de haber un gran artista, que debe de conocer a la perfección los mecanismos de su número, es parte de la paradoja del actor, hacer que ocurra lo que el personaje no desea que sucediera”.

El payaso siempre está dispuesto a descubrir un mundo lleno de imaginación y la necesidad de jugar sin el miedo a ser juzgado, la función del payaso va más allá del entretenimiento, se puede brindar una forma única de crítica a través de la risa. Por eso es importante manejar un contenido.

Cada personaje tiene lo suyo, formas, técnicas y personalidades. Karla se describe como una payasa tipo clown ya que su misión no siempre es hacer reír, puede generar otras emociones para generar una reflexión tanto a grandes como a pequeños.

Karla cree que lastimosamente la poca valoración hacia el payaso en El Salvador es cultural, debido a que la mayoría de personas desconoce el gran trabajo que hay detrás de las interpretaciones artísticas, la preparación de cada show.

La relación entre el personaje y el artista tiene que ser cercana, ya que no puede haber uno sin el otro. La elección del nombre, vestuario y maquillaje son fundamentales para el crecimiento del personaje, cada proceso es totalmente especial desde el primer maquillaje hecho con mucha alegría, pasión y emoción hasta encontrar el atuendo perfecto que logre sacar las emociones que el payaso desea.

Hay reglas que se originan desde el comienzo del personaje a interpretar, como por ejemplo, en el caso de Karla, llega y se va del evento vestida de “Lalita”. Ella se enfrasca en su personaje de una forma que no existe otra persona que no sea “Lalita”.

Desde mayo de 2020 la payasa “Lalita” ofrece shows virtuales debido a la pandemia de COVID-19. Foto cortesía de Karla Hernández.

 

El inicio de un nuevo escenario

El año 2020 fue sumamente difícil para todos, y para el mundo del entretenimiento también. Karla relata que como toda la gente estaba atemorizada y su contacto con los demás era a través de la virtualidad, tuvo que adaptarse a este mundo virtual haciendo mini-shows, logrando de esta forma un ingreso que le permitiera vivir.

El retorno a los shows presenciales ha sido a paso de tortuga, todo se está realizando de una forma lenta y pausada. Uno de los grandes temores con los que tienen luchar a diario es la posibilidad de que alguno de los asistentes al show tenga COVID-19.

Con el regreso a los shows presenciales algo nuevo pasó en el “Show de Lalita”, y es la incorporación de su hijo Santiago, quien expresa que su amor por el arte lo lleva totalmente en los genes. El arte de ser payaso es una pasión que cambia, mejora y alegra la vida de otras personas de una forma saludable y sana.

“Haz un mortal y las personas te admirarán, malabarea con 7 pelotas y te aplaudirán, vuela por el aire y te envidiarán, pero hazlos reír y todos, todos, todos te amarán” dijo un día Fernando Cavarozzi, el payaso “Chacovachi”.