El náhuat está vivo y en resistencia

En 2017 la Asamblea Legislativa de El Salvador declaró el 21 de febrero Día Nacional de la Lengua Náhuat, idioma nativo del territorio salvadoreño. Una lengua casi muerta que resiste gracias a los indígenas, una de las poblaciones más vulnerables del país.

Fotografía del Colectivo Tzunejekat​​​.

Por Tania Ortiz

En una de las paredes de la Casa Cuna de Santo Domingo de Guzmán, se lee:

Ne nawat shuchikisa

“Naja nina ka ne tajtakamet
Welit tajtaketzat nawat
Naja nina ka ne pijpipil
Welit tajtaketzat nawat
Naja nina ka ne sijsiwaket
Welit tajtaketzat nawat
Ne nawat shuchikisa
ne nawat nemi yultuk»

«Yo digo que los niños pueden hablar en náhuat, yo digo que las niñas pueden hablar en náhuat. El náhuat florece, el náhuat florece, el náhuat florece, el náhuat está vivo», se traduce al español la canción de Nantzin Antonia Ramírez, habitante de Santo Domingo de Guzmán y una de las pocas hablantes de náhuat-pipil que quedan vivas en el país.

El 22 de enero de 1932 cerca de 35 mil indígenas fueron asesinados; siendo uno de los más grandes etnocidios ocurridos en el continente. Luego de aquella masacre el náhuat también fue una lengua casi muerta, porque era prohibido hablarlo, y llevó a los sobrevivientes indígenas a renunciar a su lengua materna, por temor a ser asesinados, encarcelados o discriminados. Santo Domingo de Gúzman es uno de los pocos lugares que aún conserva a nahuablantes en el país.

La Cuna Náhuat es un programa que nació en el 2010 del Proyecto de Rehabilitación del Náhuat de la Universidad Don Bosco, en el que actualmente el gobierno también tiene participación. El programa consiste en la inmersión lingüística temprana para niños de 3 a 5 años en el municipio de Santo Domingo de Guzmán.

La Casa Cuna es beneficiaria de este programa, en el que todas las actividades que allí se desarrollan se utiliza el náhuat y que ha impartido la enseñanza a unos 5.000 niños desde temprana edad. Las maestras son señoras pipiles amas de casa, alfareras, agricultoras y tortilleras cuya lengua materna es el náhuat.

En 2008 el Atlas de la UNESCO de las lenguas del mundo registró a solo 200 hablantes de la lengua Náhuat Pipil, mientras, el Lenca y el Cacaopera están ya declarados como extintos; siendo el náhuat la última lengua indigena viva en El Salvador.

“El 40 por ciento de las 6,700 lenguas que se calcula que se hablan en el mundo estaban en peligro de desaparición. El hecho de que la mayorí­a de ellas son lenguas indí­genas pone en riesgo las culturas y sistemas de conocimiento a los que pertenecen”, declaró el Foro Permanente para las Cuestiones Indí­genas en la ONU.

En El Salvador, fue hasta el 2014 que se reconoció a los pueblos indígenas en el territorio. Y en el 2017 se estableció el 21 de febrero como Día Nacional de la Lengua Náhuat. La celebración coincide con el Día Internacional de la Lengua Materna, proclamado por la Organización de Naciones Unidas en 1999.

«El 21 de febrero es un día histórico», declaró el entonces director de Patrimonio de la Secretaría de Cultura de la Presidencia, Marlon Escamilla. Además reconoció la invisibilización de la población indigena. La población indigena sigue invisibilizada y el náhuat sigue en peligro de morir.

Los esfuerzos de la población indigena por mantener la lengua materna siguen vivos y resistiendo. «Quisiéramos que los jóvenes hablaran náhuat. Yo no puedo platicar náhuat con ellos, solo con los adultos», expresó Nantzin Antonia Ramírez.

Entre los esfuerzos por rescatar la lengua original se encuentra el Centro Escolar Dr. Mario Calvo Marroquín, de Izalco, departamento de Sonsonate, que se caracteriza también por enseñar náhuat a los estudiantes. «Hay que reconocer la importancia que este centro educativo ha hecho por el rescate de las tradiciones y en especial del náhuat», expresó Miguel, padre de un estudiante del centro educativo.

Asimismo, la página del Ministerio de Educación registra que ha capacitado alrededor de 70 docentes en el curso de identidad cultural e idioma náhuat. también cuenta con material didáctico para el fortalecimiento y enseñanza a estudiantes.

Por su parte, el Ministerio de Cultura, en el marco del día de la Lengua Materna, este 21 de febrero presenta una versión en Náhuat del cuento «El Principito», del escritor Antoine Saint-Exupéry. Las críticas no se han hecho esperar y se cuestiona el acto de no haberlo hecho con un escritor salvadoreño. “Lástima grande que un esfuerzo editorial así no se hizo primero con un autor o autora nacional”, expresó Carlos Cañas en su cuenta personal de Twitter.

La lengua de los olvidados

Las poblaciones indígenas en ElSalvador viven en condiciones de extrema pobreza. Foto tomada de internet.

Los pueblos indígenas forman parte de la población más vulnerable; siendo también parte de la población más pobre del país. Se estima que el 38.3% de la población indígena se encuentra en extrema pobreza y el 61.1% en el umbral de la pobreza. Tan sólo el 0.6% puede cubrir sus condiciones básicas de vida sin mayor complicación.

Durante la cuarentena, no se estableció ninguna medida especial para los pueblos indígenas. Desde marzo hasta junio ningún decreto dictado por el Ministerio de Salud hacía referencia a ellos. Santo Domingo de Guzmán no cuenta con un hospital ni con transporte de buena calidad.

“…Yo quiero aprovechar y decirle al gobierno que no nos abandone… Que se ponga las pilas. Yo me acuerdo, en su campaña dijo que a los pueblos indígenas les iba a dejar una pensión de 450 dólares (se ríe, porque no se ha cumplido) …Y le digo al señor presidente también, que nos apoye a los pueblos indígenas. Aquí está la cuna Náhuat”, dijo Nantzin Anastasia Lopez, nahuhablante y maestra del idioma.

Puedes escuchar “Recuerdame” de coco en Náhuat, gracias al Colectivo Timunmachtika Nawat, que promueven la recuperación de la lengua.

 

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