Lobos por ovejas

OPINIÓN
El presidente del INDES, Yamil Bukele, puso en marcha este 19 de julio la Liga Nacional de Fútbol, con partidos en Cojutepeque, Sonsonate y Ahucachapán. Foto tomada del INDES.

Por: Jonathan Guerrero

Es bien sabido que la ambición de los Bukele no tiene límites. El discurso de lobos y ovejas montado desde hace tiempo como estrategia propagandística de su gobierno ha sido efectivo, tanto que Nayib Bukele logró dominar los tres poderes del Estado: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, erigiéndose como el mesías, el salvador de todos. El discurso de buenos y malos ha vuelto a ser potenciado, ahora con diferentes actores, en el terreno del deporte.

El fútbol nacional se ha visto empañado por los discursos de corruptos y correctos. Es bien sabido que los dirigentes de la Liga nacional y de la Selección, por muchos años se han visto envueltos en un sinfín de polémicas por presunta corrupción. La iniciativa de acabar con esa mala reputación es bien vista, sin embargo, no es una tarea que deba ser llevada por el Instituto Nacional de los Deportes (INDES); esta institución, en vez de montar el show que mantiene, debería de preocuparse más por los preparativos de los Juegos Centroamericanos, que se llevarán a cabo en el país en 2023, y que por si fuera poco, las instalaciones que albergarán los eventos deportivos en las diferente ramas, y a los atletas nacionales e internacionales, no están en óptimas condiciones.

Si el INDES es incapaz de remodelar las instalaciones deportivas, como lo ha demostrado hasta hoy ¿qué le depara en el futuro al fútbol nacional? La gesta deportiva que viene demanda de una mayor logística para cumplir con las expectativas de una afición cada vez más exigente. Yamil Bukele, hermano del presidente de la República y presidente del INDES debería de preocuparse más por fortalecer y apoyar otros deportes junto con sus atletas, y no meterse en asuntos que no le corresponden, tales como el cultivo del odio y la incertidumbre entre los deportistas.

Tal parece que los Bukele en lo único que están muy bien capacitados es en sembrar odio, incertidumbre e improvisar, prácticas identitarias de esta administración gubernamental.
Jonathan Guerrero
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Por otra parte, los fieles creyentes de Nayib han bajado la intensidad de su ataque, de llamar corruptos y ladrones a los políticos opositores, y han enfilado sus cañones momentáneamente contra los dirigentes de la Federación Salvadoreña de Fútbol (FESFUT), y por si fuera poco, atacan a todo aquel que piensa diferente a ellos, siguiendo la narrativa de sus líderes.

Tal parece que el discurso, en el que algunos adoptan el papel de “ovejas” y aplican a los otros el calificativo de “lobos”, reproduciendo la idea de “nosotros los buenos y ustedes los malos” sigue siendo efectivo en una sociedad que se niega a hacer el mínimo ejercicio mental para ver la cruda realidad. Yamil parece haber aprendido bien de su hermano, ha emprendido la tarea de manipular el deporte para ponerlo en función del ego y ambiciones de su hermano Nayib. Probablemente esto continuará así hasta que los salvadoreños despertemos y nos demos cuenta que estamos alimentando lobos por ovejas.