Por primera vez después de la Pandemia por Covid-19, los salvadoreños volvieron a celebrar sin muchas restricciones el Día de los Muertos este 2 de noviembre, en los distintos cementerios de todo el país.
El colorido de las flores, la religiosidad y la algarabía de la gente; además del sabor de los platillos típicos de la época, tales como las hojuelas, el mimbre y los camotes en miel regresaron al paladar popular en este día de fiesta.
Una de las ciudades que vive a plenitud estas tradiciones es Quezaltepeque, ubicada a 25 kilómetros al Norte de San Salvador, atrás del volcán Quezaltepec. Una pujante ciudad de comerciantes, artesanos y artistas, donde se produce buena parte de las flores artesanales que se venden en los diferentes mercados.
Comunica realizó una visita al cementerio de este municipio, donde captamos las siguientes imágenes.
Este cementerio mantuvo sus puertas abiertas hasta las 9:00 P.M.Los familiares de los difuntos comenzaron a llegar desde las 6:00 A.M.El color de las flores es elegido según la edad y el género del difunto.Los artesanos de las flores las elaboran con viariados materiales.Los comerciantes ofrecen flores naturales y artesanales para los difuntos.En esta ciudad hay familias «floristeras» por tradición.Previo al 2 de noviembre los artesanos se preparan maquilando flores.Tres cuadras completas llenas de color y sabores.La fiesta ancestral inicia con la misa católica.La perpetuidad en este cementerio cuesta $1.00.00Y si los familiares no pagan, están advertidos.Los tonos de azul son tendencia en este cementerio.La arquitectura y la estética de las tumbas hablan de la identidad del difunto.La estética y los materiales usados marcan las épocas de las tumbas. Estos difuntos son candidatos a ser suplantados por falta de pago.El clasismo de nuestra sociedad también grita en los cementerios.Además de identificar al difunto, las placas en las tumbas muestran el número de lote.A veces hay que «gritar» con el texto para ser visto.Aquí descansa «el mico». Nuestros antepasados celebraran la muerte con bocadillos especiales.Después de enflorar y recordar, hay que comer.