Ley del voto en el exterior tiene vacíos, opina poeta y defensor de migrantes salvadoreños en Italia

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José Jandres da seguimiento a la política salvadoreña.


Por Tania Ortiz y Gerardo Rivera

Contrario a lo que se dice desde el oficialismo, José Jandres, poeta y escritor salvadoreño exiliado en Milán, Italia, considera que las próximas elecciones de 2024 no tendrán una gran cantidad de votantes en el exterior. “Hasta el momento, creo que la participación no va ser masiva”, dice en esta entrevista para la revista Comunica.

Explica que el motivo por el que no se votará masivamente es que la popularidad que tiene el presidente Nayib Bukele no tiene nada que ver con la de su partido Nuevas Ideas.

Además, pone en duda que la simpatía que la diáspora de Milán tiene por Bukele se traduzca en votos. Jandres considera que, en realidad, muy pocos salvadoreños que tienen en su Documento Único de Identidad su dirección de residencia en El Salvador se moverán hacia los lugares designados para votar.

Hay que recordar que, según la Ley Especial para el Ejercicio del Sufragio en el Extranjero aprobada por la Asamblea Legislativa el 18 de octubre de este año, los salvadoreños en el exterior que tengan una dirección de El Salvador en su documento deberán votar de manera electrónica presencial.

José Jandres es escritor. Vive en Milán, Italia, desde hace dos décadas y está involucrado de cerca con la diáspora salvadoreña en ese país. Ayudó a crear Todo Cambia, una asociación para la defensa de los migrantes. Además, fundó junto a otros escritores el Círculo Bohemio Literario en aquella ciudad europea, un movimiento que promueve la creación y publicación de material artístico.


¿Cómo tomó la diáspora el anuncio del presidente Nayib Bukele sobre su postulación para ser reelecto presidente a pesar de que la Constitución de la República lo prohíbe explícitamente en seis artículos?

En primer lugar quiero decirte que somos, ciertamente, una masa difusa y confusa. Aquí en Italia hay más de 80.000 salvadoreños y la mayoría es gente joven. Podemos decir que la gente que se interesa (en política), la mayoría está apoyando, pero principalmente al presidente y no al partido. Eso lo podemos constatar en las estadísticas que nosotros realizamos en las redes sociales. A nivel organizativo vemos que el partido electoral Nuevas Ideas no ha despegado, en primer lugar porque inició con conflictos. No mueve masas, excepto cuando vino (Bukele) como candidato. Ahí sí se movió una buena cantidad de personas, pero ya no en otros eventos, no ha habido capacidad de convocatoria.

Pero cree, entonces, que se recibió positivamente la noticia de la reelección; porque usted dice que tal vez el movimiento Nuevas Ideas no tiene la misma popularidad que la figura de Nayib Bukele. Entonces, ¿cree que se tomó positivamente la noticia?

Se dan una serie de situaciones. En primer lugar, existe desinformación y poco interés por investigar las cosas y en esta ola de pereza intelectual en la cual estamos inmersos, la gente no investiga, no lee la Constitución o escucha entrevistas de analistas. Entonces se quedan con los eslogan, por lo tanto, toman (la noticia de la reelección) como un hecho positivo. En esa misma lógica está que la tendencia de carisma que tiene el presidente Bukele hace que cualquier cosa que él haga o diga esté bien, más allá de que sea bueno o malo. Podemos decir desde ese punto de vista que vieron bien, pero casi nadie se detiene a preguntarse si es legal no es legal

A su juicio, por lo que conoce de la diáspora, ¿cree que sí votarán favorablemente a Bukele desde Milán?

Hasta el momento, creo que la participación no va a ser masiva. No, no va a ser masiva porque, si bien es cierto que tiene una gran popularidad, no siempre se traduce en el voto. Además, recordemos que si bien el voto en el exterior era una deuda histórica para las diásporas salvadoreñas en el mundo, hay vacíos en la ley, cosas que no se entienden y van a generar un montón de trabas; por ejemplo, yo tengo en mi DUI la dirección de residencia de aquí en Italia, entonces podría votar de forma remota digital. Los que tiene el DUI con una dirección en El Salvador tendrían que ir, se supone, a la sede consular o a la embajada en Roma, pero no creo que sea una presencia masiva, porque aunque existe un aprecio hacia el presidente, no toda la gente está dispuesta a levantarse para ir a votar.

En noviembre de 2021 la canciller salvadoreña Juana Alexandra Hill se reunió con la comunidad salvadoreña en Milán. La diáspora salvadoreña en Italia es la segunda más numerosa después de la de EE.UU, con aproximadamente 80 mil miembros. Imagen tomada del Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador.

Hay expertos constitucionalistas que aseguran que la próxima elección presidencial, por el hecho de que Nayib Bukele participe como candidato, significa que existe un fraude electoral. Tomando en cuenta ese tipo de aseveraciones, ¿tiene sentido que la diáspora vote?

Este grupo gobernante quiere estar en el poder por tiempo indefinido, no solo por un periodo más, sino por tiempo indefinido. Desde ese punto de vista, para la gente hay dos caminos: participar sería legitimar, es decir, estar de acuerdo con las reglas del juego y la otra opción sería no participar.
Pero hay una cosa curiosa que se ve en algunas encuestas. Está aumentando en el pastel de las estadísticas un gran espacio gris de los que no saben y no responden si van a involucrarse o no en la votación. Entonces, yo pienso que siempre el gran ganador van a ser los indecisos. Independientemente de si se vote o no, al final es la minoría la que va a definir.

Otra de las cuestiones que se habla cuando se saca el tema del voto en el exterior es el voto digital, hay bastantes expertos también que hablan de la posibilidad de fraude. ¿Cómo ve la diáspora ese tema, temen que de verdad exista posibilidad de fraude?

Bueno, en el decreto que se aprobó en la Asamblea dice que se tiene que contratar una empresa para que lleven toda esta parte digital. Incluso el Tribunal Supremo Electoral podría hacerlo también y si no debería someterlo a una licitación pública, totalmente transparente y con una supervisión de Naciones Unidos, de manera que en el marco de estas votaciones que se van a dar se pueda garantizar con gente capacitada, técnica de esta área, que no van a haber revoluciones en las cifras y los números porque, al final, en este mundo de la informática estamos hablando de números; entonces, las garantías las va a dar el mismo grupo gobernante a través de sus instituciones, es decir, a través de la Fiscalía y del Tribunal Supremo Electoral.