2022, un año crítico para la prensa salvadoreña

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Espionaje, hackeos telefónicos, retenciones arbitrarias, abuso de poder militar y policial, reformas legales antiprensa y la salida del país de varios periodistas fueron algunos de los hechos más graves que registró APES en 2022.


Por Kattia Merlos

El Centro de Monitoreo de Agresiones a Periodistas de la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES) destaca en el Balance de la Libertad de Prensa 2022 una serie de vulneraciones al ejercicio del periodístico en el país. El informe identifica a los agresores más recurrentes, tipifica a las víctimas y señala las zonas en las que se cometen las vulneraciones.

De enero al 15 de diciembre de 2022, APES registró 125 casos de vulneraciones a periodistas, personas comunicadoras y medios, cuantificando 151 afectaciones individuales. Los datos señalan al Estado como el principal vulnerador de la libertad de expresión y de prensa; en 24 casos los agresores fueron funcionarios públicos y en 19 fueron agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y miembros de la Fuerza Armada de El Salvador (FAES).

Los funcionarios públicos y los agentes de seguridad son los más señalados en el informe de APES como los que más obstruyen el trabajo de la prensa,

En 2022 también el Gobierno realizó varias reformas de ley en las que se deja mas vulnerable el ejercicio periodístico, entre ellas la reformas al Código Penal que establece entre 8 y 15 años de cárcel para quienes difundan información sobre pandillas.

Las agresiones a la prensa más recurrentes en 2022 fueron; restricción al ejercicio periodístico, declaraciones estigmatizantes y ataques digitales. Cabe mencionar que de los 125 casos reportados, 56 ocurrieron en el espacio digital.

El caso más grave fue el de más de 30 periodistas que fueron víctimas de espionaje con el software Pegasus, según determinó una investigación liderada por las organizaciones especializadas en seguridad digital, Citizen Lab y Acces Now.

Julia Gavarrete, del medio digital El Faro fue una de las 30 periodistas espiada con Pegasus. “Esto ha expuesto parte de mi vida personal como profesional. Este espionaje, considerado un ataque a la prensa, ocurre debido a la labor que hacemos. Las fechas de las infecciones, confirmadas tras el peritaje técnico, reflejan que estas ocurrieron durante procesos de investigación periodística”, dijo.

NSO Group, la firma cibernética israelí desarrolladora del spyware Pegasus solo vende a Gobiernos. “Esto no puede verse como un simple hecho. En otros países, Pegasus ha sido usado para atacar a la prensa y en El Salvador esto no ha sido la excepción” señaló Gavarrete.

El 14 de enero de 2022 la APES puso dos avisos ante la Fiscalía General de la República (FGR) para que investigue el espionaje con Pegasus, y también denunció el robo de cuentas de WhatsApp y de números telefónicos de periodistas para difundir desinformación, realizar ataques y distribuir material pornográfico. Sin embargo, Angélica Cárcamo, presidenta de APES, expresó 10 meses después, que desde la Asociación ven con preocupación la lentitud en el proceso de investigación del caso.

Según la Declaración de Principios sobre Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos: Es deber de los Estados prevenir e investigar los hechos que violan los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión, para sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada.


Situación de mujeres periodistas

Del total de los casos registrados por el Centro de Monitoreo, 50 fueron contra mujeres periodistas y 66 contra hombres. Angelica Cárcamo explicó que las agresiones a mujeres son diferenciadas a partir de la violencia basada en género, por ello, aunque se contabilice un número menor en relación a los hombres, los niveles de violencia dirigida a mujeres son de tipificación sexual, económica y misogina.

Los ataques contra mujeres periodistas van más cargados de odio y violencia de género, según APES.

Gavarrete añade que una mujer periodista que, por ejemplo, ha sido espiada con Pegasus (cómo fue su caso) y su información ha sido robada por los responsables del ataque, está aún más expuesta a ser atacada en redes sociales o que su información pueda ser utilizada para denigrar y atacar su integridad.

Otra periodista atacada es Karen Moreno, del medio digital Gato Encerrado. Ella también explica sobre los riesgos de ser una mujer periodista. “No solo debemos enfrentar ataques por nuestro trabajo como periodistas, sino también por ser mujeres. Los ataques son distintos para desprestigiarnos y también implican amenazas de violaciones sexuales. Diariamente, en las redacciones y en las coberturas enfrentamos acoso sexual” aseguró.

De acuerdo con el último informe sobre la situación de la prensa en El Salvador de la organización Reporteros Sin Fronteras, la mayoría de los periodistas víctimas de agresiones han sido mujeres.