Hablar de sexo, un tabú entre madres e hijas

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Hablar de sexo, un tabú entre madres e hijas

Pese a que en El Salvador existe un alto índice de embarazos a temprana edad y denuncias de violaciones sexuales, hablar sobre sexo sigue siendo un tabú en la familia salvadoreña.

Fotofotografía por: Comunica

Por Pamela Gámez y Natalia Gómez

 

Existen muchos temas tabú en la sociedad salvadoreña, y hablar entre madres e hijas sobre sexo es uno de ellos. Para algunos especialistas, la falta de orientación en este tema es una de las razones por las que muchas niñas y adolescentes no toman decisiones responsables y coherentes a la hora de iniciar su vida sexual.

 

Hablar de sexo con su madre no es una de las mejores opciones que tiene Alejandra Burgos, una joven universitaria, que teme ser malinterpretada cada vez que tiene la intención de hablar sobre el tema con su madre.

 

Recuerda que la primera vez que habló sobre sexo con su mamá fue cuando estaba en bachillerato, después que una compañera de ella quedó embarazada. Asegura que hablar de sexo y, mucho menos, sobre su primera relación sexual, no es una posibilidad debido a las creencias religiosas de su entorno familiar, porque su mamá busca que ella siga los principios que su religión enseña.

 

Por otro lado, Fanny de González, una madre de tres hijas, está tratando de romper con la regla que su madre y su abuela tenían: no hablar de sexo; pues recuerda que en su adolescencia no tuvo orientación en este tema y pasó por varios episodios negativos y vergonzosos a causa de ello.

 

Aseguró que ella, como madre, sí considera importante hablar de sexo con sus hijas, ya que, al no saber de ese tema, son más vulnerables y no pueden defenderse ante los abusos y no saben en quién confiar.

 

Fanny es un ejemplo de las generaciones que han intentado cambiar esta situación, ya que, poco a poco, este tema “tabú” ha comenzado a ser aceptado y las madres son más abiertas a hablar con las jóvenes acerca de la importancia que tiene para la vida el saber sobre sexualidad.

 
 
Alejandra Burgos, estudiante de psicología. Foto por Pamela Gámez

Según Oscar Vázquez Martínez, psicólogo y catedrático investigador del Departamento de Psicología y Salud Pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas (UCA), la educación sexual abre paso a la creación del criterio propio. Por lo que, “si una persona está formada en derechos sexuales y reproductivos, o en educación sexual, puede tener un criterio lo suficientemente bueno como para protegerse a sí misma y proteger a los demás”.

 

Vásquez Martínez explicó que es el criterio y el conocimiento del tema el que permite tomar decisiones debidamente reflexionadas, lo cual posibilita que el individuo se responsabilice de su pensamiento y conducta. Y, como consecuencia, ser capaz de cuidar y crear responsabilidad de lo que le suceda a su cuerpo; además le permite estar alerta ante cualquier situación que amenace con violencia sexual.

 

Aseguró que la educación sexual podría prevenir embarazos a una edad temprana y también muchos abusos sexuales. En El Salvador, en el año 2017 se registraron 68,423 mujeres embarazadas, de las cuales 19,190 eran niñas y adolescentes entre 10 a 19 años de edad. Así lo registró el informe presentado por el Fondo de Población de Naciones Unidad (UNFPA) y el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social a inicios de mayo de 2019.  Por otro lado, el informe también destacó que en 2017 las denuncias de violencia sexual en niñas y adolescentes con existencia de embarazo fueron 136, según el Instituto de Medicina Legal.

 

Vázquez agregó que si en El Salvador se pusiera en acción una política de educación sexual en las escuelas y en la sociedad en general, se podría ayudar a que las personas se responsabilicen de sus acciones y tengan relaciones sexuales conforme a sus creencias y a su criterio; de igual forma aseguró que entre menos educación sexual integral exista, aumenta la amenaza de la violencia sexual.

Oscar Vázquez Martínez, psicólogo y catedrático investigador del Departamento de Psicología y Salud Pública de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. Foto por Pamela Gámez

“La educación sexual integral implica un marco ético de respeto y tolerancia hacia los demás y a sus derechos”, señala Vázquez, quien asegura que este tipo de educación y confianza para hablar de sexo con sus padres reduciría el número de embarazos no deseados y los casos de violencia sexual.

 

El canal de comunicación que posibilita a las madres hablar de sexualidad, según Vázquez, no precisamente se crea a partir de una edad específica. Señala que se debe fomentar el canal de comunicación y no debe reprimirse ni reprenderse. “Es un canal que se debe ir desarrollando, no se puede declarar abierto y ya”, compartió.

 

Además, estableció que la posible clave para contestar lo que se debe y no más de lo necesario, es a partir de preguntas directas a su hija sobre qué es lo que desea saber o qué es lo que ya sabe. Es importante también reconocer que si se desconoce un tema, ambas, como madre e hija, pueden buscar información en otra fuente confiable.

 

LAS ADOLESCENTES SE SIENTEN INCÓMODAS AL HABLAR DE SEXO CON SUS MADRES

Infográfico hecho por Natalia Gómez.

Comunica realizó consultó a 139 mujeres entre los 15 y 21 años, para saber cuál es el nivel de confianza y comodidad entre madres e hijas para hablar de sexo.

Al peguntar cómo se sentían al hablar de sexo con su madre, 30 respondieron que se sentían cómodas y tranquilas; mientras que el resto, 109 mujeres, dijeron que sienten incomodidad, inseguridad y miedo a ser juzgadas por sus madres.

“Me siento incómoda porque hay cosas que yo ya sé y ella piensa que no. En su mayoría de veces, evado el tema porque no me gusta mentirle”, respondió una de las entrevistadas.