Carencias en el regreso a clases
Aproximadamente 3,500 centros escolares iniciaron clases semipresenciales esta semana, mientras que 625 escuelas no han presentado sus planes de regreso a clases y se desconocen las razones.
Por Sofía Benítez
El regreso a clases ha sido incierto desde el confinamiento que se estableció en El Salvador en marzo de 2020. Para evitar el cierre total de las actividades educativas, el uso de las nuevas metodologías sirvió para continuar con el proceso de enseñanza-aprendizaje. Pero, también han existido limitantes, principalmente para los estudiantes sin acceso a internet y para los docentes con pocos conocimientos sobre el uso de las plataformas virtuales.
El Ministerio de Educación implementó medidas para mejorar las condiciones educativas virtuales como la dotación de recargas de internet en cada dispositivo móvil de los estudiantes que lo necesitaran, pero según quejas de algunos estudiantes, no es suficiente para ver todo el contenido de sus clases, realizar y enviar tareas. La entrega de computadoras portátiles se planteó como otra solución para facilitar el aprendizaje de los estudiantes de bachillerato, sin embargo, según datos del Sindicato de Maestras y Maestros de la Educación Pública de El Salvador (SIMEDUCO) el porcentaje de entrega, hasta el momento, es del 33% a nivel nacional.
Los docentes, por su parte, recibieron capacitaciones sobre el manejo de plataformas virtuales, de mayo a julio de 2020. Además, participaron en talleres formativos sobre temas relacionados al autocuido, para que implementen estas prácticas de bienestar emocional con sus estudiantes.
Para evitar riesgos de contagio de COVID-19 en las instituciones educativas, desde el 30 de marzo los docentes recibieron la primera dosis de la vacuna CoronaVac. Las clases semi-presenciales iniciaron el 08 de abril, aunque el personal docente no ha sido completamente vacunado.
El Secretario General de SIMEDUCO, Daniel Rodríguez menciona que “Es mentira que todos los centros escolares están listos, de los 5,165 centros escolares, la ministra manifestó que solo 3,500 han iniciado las clases de forma presencial. 1,000 centros escolares no han obtenido permisos todavía, 40 se van a tardar un mes en regresar a clases semipresenciales. Significa que alrededor de 625 centros escolares no han presentado sus planes”, dijo.
Los protocolos de seguridad a implementar en las instituciones acreditadas para la modalidad semipresencial son los siguientes: Uso obligatorio de mascarillas, aplicación de alcohol gel, toma de temperatura y distancia de dos metros entre cada pupitre al recibir las clases.
La profesora del Instituto Nacional del cantón Lourdes del municipio Colón, Mercy Martínez, comenta que “Hemos recibido (equipo de bioseguridad) en esta vacación pero no en las cantidades que estaban destinadas. Nos reíamos en la mañana porque un galón de amonio cuaternario se nos había dado para 24 aulas. Con respecto al termómetro, con dinero de la institución se logró comprar un termómetro de pared. Nos dieron 70 mascarillas para el personal docente administrativo, es risible, y esto si en algún caso la mía se me olvidara, se me cayera, se me ensuciara, se me rompiera. Se recibieron los trapeadores, el palo del trapeador pero no el trapo. Está todo incompleto”.
En las escuelas, el problema de conectividad también está presente. El servicio de internet no es adecuado, en el Instituto de Lourdes la capacidad del internet es de 5GB y es usado por 30 docentes. Para resolver la situación han tenido que recurrir a mayores gastos como institución, y en ocasiones, por cuenta propia los docentes han recurrido a poner recargas en sus dispositivos, aunque según el Ministerio de Educación, estos gastos serían solventados con los fondos del ministerio.
Con la modalidad semipresencial, la distribución del tiempo de enseñanza de cada docente ha cambiado, debido a una mayor carga de trabajo. El sistema de educación muestra carencias tanto para impartir clases virtuales o presenciales. Mientras tanto, el aprendizaje de los estudiantes también se estanca y la deserción, en algunos casos, se convierte en una alternativa para muchos padres de familia y estudiantes.