Un juego tradicional que nos hace ver al cielo

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Un juego que nos hace ver al cielo

Sin importar la edad, muchas personas fueron participes del Festival de la piscucha en el Parque Saburo Hirao

Elevar la piscucha es una diversión familiar. Foto por Comunica

Por Sofía Barillas y Sofía Benítez

 

Desde el año 2010 el Festival de la Piscucha se ha realizado en el Parque Saburo Hirao. Muchas familias motivadas por publicaciones en redes sociales, invitaciones de conocidos o incluso sin conocer de la actividad previamente, se acercaron al parque a compartir una experiencia diferente en su fin de semana.

“El objetivo principal de esta actividad es promover la unidad familiar a través de la preservación de este juego tradicional. Este es un esfuerzo del Ministerio de Cultura y por supuesto la administración del Parque Saburo Hirao”, expresó el administrador del parque, Rafael Cañas.

La elaboración del juego tradicional dió inicio en la mañana. Ismenia, acompañada de sus hijos y sobrinos se involucraron en la elaboración de su propia piscucha, luego de que los encargados de la actividad les proporcionaron las instrucciones y materiales para realizar fabricarlas. Entre los materiales había vara de bambú, papel de china, hilo de nylon y pegamento. 

Este objeto tiene su origen en la cultura oriental, donde se utilizaba como señalización militar. Posteriormente al adoptarse en nuestro país, su uso cambió y se convirtió en un juego tradicional. Con el tiempo las piscuchas han tenido menos protagonismo en la vida de las nuevas generaciones. Pero, a pesar que ya es poca la cantidad de personas que practican este juego, la tradición no se extingue.

Comunica hizo y elevó su propia piscucha en el festival. Fotografía por Comunica

Las familias que asistieron al Festival aún recuerdan con cariño cómo sus abuelos y padres les compartieron desde temprana edad la costumbre de elevar piscuchas con los vientos de octubre. Aunque en los últimos años, los cambios del clima han obligado a las personas a jugar con piscuchas en noviembre.

Al finalizar la actividad, las personas que hicieron las mejores piscuchas  recibieron un premio. Los incentivos que dieron fueron tómbolas para enrollar el hilo de la piscucha, para continuar con la tradición, además de bolsones de utilidad para los infantes.