Fenómeno “El Niño” impactará al agro y la ganadería en 2023

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La llegada del fenómeno meteorológico “El Niño” genera preocupación en diversos sectores salvadoreños, tanto en transporte como producción de alimentos y la salud animal se verá afectados.

Por Consuelo Villacorta

El Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) advierte sobre el futuro de la producción de granos básicos en el oriente del país, debido a una drástica reducción de las lluvias que podría poner en riesgo la cosecha postrera. Esta situación se atribuye al fenómeno meteorológico «El Niño», que históricamente ha provocado problemas en la producción agropecuaria en el territorio salvadoreño.

El MARN resalta que el sector agrícola y agropecuario es uno de los más afectados por los impactos del cambio climático. En particular, el estrés hídrico generado por la escasez de agua tiene consecuencias significativas en la producción de cultivos, lo que puede comprometer el suministro de alimentos para el ganado. Ante esta situación, los esfuerzos se centran en garantizar la seguridad alimentaria de las familias, lo que puede implicar una redistribución de recursos y prioridades en el sector agrícola.

La zootecnista y veterinaria, Karla Berti, de la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer (USAM), advierte sobre los riesgos del estrés térmico en el ganado debido a las altas temperaturas. Este fenómeno dificulta la capacidad de los animales para regular su temperatura corporal, lo que puede resultar en deshidratación, problemas respiratorios y trastornos metabólicos. Estos efectos representan una amenaza grave para la vida del ganado, poniendo en riesgo la salud de los animales.

La ganadería es uno de los sectores que sufrirá el impacto climático.

La situación también tiene repercusiones en la producción de leche y carne en el país, especialmente para los pequeños productores que suelen tener entre 50 y 100 cabezas de ganado. Estos productores adoptan un manejo estabulado durante la noche y permiten que el ganado pastoree durante el día. Esta práctica presenta desafíos significativos, ya que los animales son expuestos a áreas sin árboles. Esto resulta en un aumento considerable del calor, lo que conlleva deshidratación y enfermedades.

Berti destaca la falta de apoyo y herramientas sólidas para ayudar a los productores en El Salvador. Se brinda cierta educación sobre las mejores prácticas de manejo, pero no existen recursos adecuados para respaldarlos. Es necesario contar con estrategias y políticas que ofrezcan un respaldo sólido a los productores, proporcionando herramientas, capacitación y recursos que les permitan enfrentar los desafíos del cambio climático y garantizar la salud y productividad del ganado.

La producción avícola también es sensible al estrés térmico, cuando las aves se enfrentan a temperaturas elevadas, su capacidad para regular la temperatura corporal se ve comprometida. Esto puede llevar a un estrés térmico severo, disminuyendo la producción de huevos, generando menor peso corporal y aumento de la mortalidad, agrega Berti.

Los más afectados serán los pequeños avicultores por carecer de tecnología.

En El Salvador, si bien existen leyes destinadas a regular la deforestación excesiva, se continúan construyendo viviendas de manera desmedida. Esta práctica contribuye a agravar la crisis climática.

Berti enfatiza que es fundamental tomar medidas para frenar esta situación. Es necesario promover la conciencia ambiental y la implementación efectiva de las leyes existentes. La regulación de la tala de árboles excesiva y el control del crecimiento desmedido de la construcción son aspectos clave para combatir el cambio climático y proteger la producción avícola de ganado.

Los pasos del “Niño” y la “Niña” por El Salvador

El fenómeno «El Niño” se produce cuando las aguas del Océano Pacífico se calientan, mientras que “La Niña” se genera por una combinación de calentamiento en el Atlántico y descenso de las temperaturas en el Pacífico. Según los registros del MARN, El Salvador ha sufrido 13 episodios de “El Niño” en los últimos 47 años, en comparación con 16 años de “La Niña”.

Helen Hernández, ingeniera especializada en medio ambiente y desarrollo expresa que “El Niño, en El Salvador, es cada vez más frecuente y su impacto se agrava debido al cambio climático”. Hernández destaca que los países en vías de desarrollo, como El Salvador, sufren especialmente debido a su menor capacidad de respuesta y a la influencia de las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por naciones más industrializadas, como Estados Unidos, y países con economías petroleras como Brasil y China, que además cuentan con una gran población.

A pesar de que El Salvador no es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero, su posición geográfica lo expone a los impactos del cambio climático y aumenta su vulnerabilidad. Hernández enfatiza la necesidad de una acción global para reducir las emisiones y enfrentar los desafíos climáticos, especialmente en países en desarrollo como el nuestro.

Estrategias para frenar el cambio climático en El Salvador

El MARN presentó en mayo de 2022 el Plan de Acción EUROCLIMA El Salvador, para abordar el problema medioambiental en el país. Esta estrategia fue desarrollada en colaboración con la Unión Europea (UE) y tiene como objetivo guiar las acciones nacionales frente al ámbito climático, durante el periodo 2022-2023.

El plan incluye la formulación de una Estrategia de Desarrollo Resiliente y Bajo en Emisiones de Largo Plazo, el apoyo a la formulación de la Acción de Mitigación Nacionalmente Apropiada (NAMA) para la ganadería, el fortalecimiento del marco regulatorio para la implementación de la Contribución Nacional Determinada (NDC) y el desarrollo de escenarios climáticos regionalizados. Este plan conjunto tiene como objetivo mitigar los impactos negativos del cambio climático en El Salvador y promover el desarrollo sostenible a largo plazo.

Helen Hernández, ingeniera especializada en medio ambiente y desarrollo, destaca que “a pesar de haber diferentes estrategias para frenar el cambio climático en El Salvador, uno de los principales desafíos en el país es la emisión de gases derivados del consumo de energía eléctrica y combustibles fósiles. Estas emisiones son especialmente relevantes en el sector energético, tanto para la generación de electricidad como para la movilización”. Sin embargo, señala que el país carece de una estrategia clara y una ruta definida para lograr una movilización sostenible.

Hernández resalta la importancia de establecer políticas y acciones concretas para fomentar medios de transporte más limpios y eficientes, reducir la dependencia de los combustibles fósiles y promover alternativas más sostenibles, como el uso de energías renovables en el sector del transporte. También destaca la alternativa de ciclovías que El Estado está implementando, pero a pesar de contar con esta iniciativa, la falta de una organización eficiente, programas educativos y una mala infraestructura hace que esta alternativa se vuelva obsoleta, agrega la ingeniera.

Por tanto, considera que los cambios necesarios deben ser más profundos y requieren de la participación y coordinación de diversos actores, tanto a nivel nacional como internacional, para lograr un progreso significativo en esta materia. Según Hernández, un punto de partida clave sería mejorar el sistema de transporte público, ofreciendo un servicio de calidad que disminuya la dependencia de los vehículos particulares para desplazarse.

Departamento de Comunicaciones y Cultura

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