La verdad detrás de la falsedad

Por Sara Brunet

En la actualidad vivimos en un mundo que es considerado socialmente utilitario, que día a día se construye sobre injusticias y desigualdades. Las Fake News o, en español, Noticias Falsas, no son un elemento reciente en la historia de la humanidad, pero en el año 2016 dicho fenómeno se incrementó drásticamente, según Marielos Renderos, analista de medios. Este incremento genera confusión en la opinión pública y afecta la credibilidad de los medios de comunicación, reiteró la analista.

Vivir bajo un contexto de globalización significa mayor comunicación con más rapidez y eficacia. Internet ha hecho posible que las noticias se difundan más rápido que nunca. Las redes sociales, como Facebook y Twitter, son las principales difusoras de noticias no oficiales. “Utilizar Facebook, actualmente, es sinónimo de tener una arma llena de información dispuesta a ser disparada por un principiante”, mencionó Sergio Aguilar, sociólogo y especialista en Redes Sociales.

Según David Pérez, especialista en el tema y escritor de la revista en línea Omicrono, una noticia falsa “es una noticia que difunde bulos, propaganda o desinforma, haciéndose pasar por una noticia de verdad. Todo esto se hace a partir de unos intereses, es decir, la noticia falsa se crea para obtener un beneficio”. Estas pueden clasificarse en tres categorías: informaciones erróneas, o fabricadas con el fin de lanzar algún mensaje político; reportes, a partir de datos no confirmados o rumores y aquellas publicadas por medios satíricos, señaló Marina Franco para The New York Times.

El término “noticias falsas”, actualmente, ha adquirido mayor significado gracias a las redes sociales, y ha afirmado su relación con los gobiernos y los funcionarios de todo el mundo, ya que estos lo emplean según su conveniencia, detalló Sergio Aguilar. Antes, el fenómeno periodístico de cada país era el resultado de la combinación de su sistema económico y las decisiones de su audiencia, aseguró la BBC Mundo. La aparición de las mismas redes sociales, con su componente socio-viral, autoriza a todas las personas a poder producir y distribuir contenidos a gran escala, sin mayor control.

“La desinformación o noticias falsas que sorprenden o están diseñadas para apelar a nuestros sesgos se esparcen como un incendio forestal”, destacó Tim Berners-Lee, el inventor de la “www”, en su artículo de opinión titulado “I invented the web. Here are three things we need to change to save it”. (“Inventé la web. Aquí hay tres cosas que debemos cambiar para salvarla”). Esta realidad es bastante familiar a lo que plantea el autor británico George Orwell en su libro “1984”, donde define el término “doblepensar” como la mentira asimilada por un grupo hecha verdad para este mismo.

Pese al intento de los medios de comunicación de mantener su perfil como fuentes viables, cada vez es más complicado fijar un perfil fidedigno de estos mismos. “La falsedad vuela y la verdad viene cojeando tras ella”, señala Jonathan Swift, ensayista. Las redes sociales agudizan el proceso de proliferación de información y noticias, permitiendo que las críticas, opiniones y comentarios de los usuarios se compartan con mayor facilidad. “El problema que arraigan las noticias falsas es que a las personas no le importa si los hechos son o no verdaderos, con tal que defiendan sus ideales. Esto pone en peligro el periodismo profesional y comprometido con los hechos”, mencionó el comunicólogo William Morán.

A lo largo de la historia del periodismo, y de los medios de comunicación en general, han existido medios que ganan su audiencia a raíz noticias falsas y polémicas. Estas abordan desde temas relacionados a la seguridad nacional y política hasta escándalos de farándula, tales como la muerte de Lady Gaga, Britney Spears, Shakira, Justin Bieber, entre otros. Las redes sociales, las noticias falsas y las personas desinformadas son un arma muy poderosa que pueden ocasionar crisis mediática en un determinado país, reiteró Morán.