Las mujeres también buscan placer con la pornografía

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Socialmente es más aceptado el consumo de pornografía en los hombres que en las mujeres.

Por Laura Flores, Doris Rosales y José García

Las mujeres consumen pornografía para obtener placer sexual. Los datos estadísticos publicados en un estudio de Pornhub, uno de los sitios más grandes de pornografía en línea, revelaron que el 24% de sus usuarios son mujeres. Los datos también exponen que las mujeres pasan más tiempo que los hombres consumiendo este tipo de material, y que prefieren ver escenas lésbicas y  tríos.

Para Bertila Somoza, licenciada en psicología, «la pornografía se encuentra dentro de la clasificación de adicciones modernas». Comenta que esta práctica se origina debido a un desequilibrio en la autoestima, la desinformación  con respecto a la sexualidad y -en muchas ocasiones- la carencia de un adulto responsable cuando se trata de personas menores.

Sin embargo, Ana García, profesora de Educación Especial y estudiante de Licenciatura en Psicología, afirma que “estas situaciones no pueden ser generalizadas como causantes del consumo de pornografía. Pues cada individuo posee distintas motivaciones que impulsan el consumo de este material”. 

El sexólogo, Oscar Vázquez, sostiene que las razones por las que las mujeres consumen este tipo de material, sexualmente estimulante, no dista de las de los hombres.»Podemos decir que en efecto el consumo de pornografía por parte de las mujeres es por las mismas motivaciones masculinas: placer. Todos buscamos sentir placer. El consumo de estos materiales está ligado a una de las dimensiones del placer erótico, que es la dimensión fantasiosa, que solo existe en nuestra imaginación y que muy raras veces puede pasar a la realidad», explica.

Paola Lorenzana, Feminista y activista salvadoreña reafirma que el uso o el consumo de pornografía está relacionado con el placer. Las mujeres desean obtener placer o ayudar a su estimulación con este tipo de audios, vídeos o lecturas. Aunque la mayoría de productos pornográficos están diseñados para excitar a los hombres,  y no tienen nada que ver la estimulación femenina.

Datos del estudio de Pornhub revelan que “lo que más buscan en ese ámbito son situaciones que reflejan el placer femenino”. Pablo Dobner, director ejecutivo de Erika Lust Films, una empresa radicada en Barcelona de producción de contenido adulto con una perspectiva femenina, declaró a BBC mundo, «hay una demanda, pero la mayoría de las mujeres buscan algo mucho más sincero, limpio y sexualmente inteligente de lo que pueden encontrar en la mayoría de esos otros portales».

Dobner también añadió que «las mujeres están buscando más placer femenino y reivindicando que el hombre no es el único que tiene que disfrutar del sexo y que ellas también quieren su parte del sexo recreativo, que les estuvo vetado por tanto tiempo».

Históricamente el papel de sentir placer y disfrutar el acto sexual ha sido concedido a los hombres, mientras que las mujeres han sido educadas culturalmente para la reproducción. 

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COMUNICA encuestó a 100 mujeres en el rango de edades de 18 a 30 años sobre el consumo de producto pornográficos. Todas son estudiantes de pregrado en la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas. La psicóloga y maestra en docencia universitaria Silvia Elizabeth González, apoyó el análisis del sondeo. Los hallazgos fueron los siguientes.

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«A pesar de encontrarnos en el siglo XXI, aún hay tópicos poco tratados de forma natural, como arte de la sexualidad humana. De allí se advierte la ambivalencia en los datos obtenidos. Aceptar el consumo de forma natural tiene varios contextos que limitan, uno de ellos es el de género en donde por cultura resulta más permisivo el consumo a los hombres no así a las mujeres», afirma Gonzáles.

Por otro lado, «la autoexploración no es vista como un mecanismo que la mujer tiene  para explorar, conocer su cuerpo, identificar zonas de placer y menos aún obtener gratificación. Se piensa que la sexualidad en pareja es la única forma de satisfacerse», agrega.  

Otro aspecto relevante es que, «a pesar de ser población universitaria, aún hay tabús. Probablemente en otros contextos, el tabú sea más persistente».

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Para González, que el 61% de mujeres encuestadas haya respondido que no ha consumido pornografía es incoherente. «En este momento, donde hay mucho acceso a la red existe más posibilidad de tener un consumo diverso».

«En cuanto al tema de las relaciones coitales considero que por cultura o falta de educación, el hombre o una de las partes logra tener gratificación quedando una en desventaja. Este puede ser un elemento que dé lugar al consumo. La mujer busca la forma de auto complacerse».

Sin embargo, la Iglesia Católica no está de acuerdo con ceder la libertad  de consumir pornografìa, pues  como asegura el religioso franciscano, Victor Treminio, ¨el consumo de pornografía está vinculado a la lujuria, y esto según el catecismo de la iglesia es un deseo o goce desordenado del placer venéreo¨.

También añade que el placer que produce la pornografía es moralmente desordenado. Cuando una persona intenta satisfacerse a sí misma, pues se distancia de las finalidades de procreación.  

La iglesia evangélica, de igual forma,  coincide con esta postura.  Según  Salvador Chávez, pastor de la iglesia Elim, ¨la iglesia rechaza totalmente el consumo de pornografía. Los videos, libros, revistas y películas que tiene este material llevan a las personas a sentir algún tipo de gratificación y consumar lo que está viendo. La pornografía lleva a la masturbación y al sexo ilícito que también es rechazado por Dios¨.

El pastor explica que el hecho de ver material sexualmente explícito es un acto egoísta. Esto porque  se piensa que ya no son necesarias dos personas para sentir placer sexual, y eso va en contra de la naturaleza que Dios ha establecido.

No obstante, la feminista Paola Lorenzana afirma que estas posturas religiosas limitan la sexualidad de la mujer, pues se crean prejuicios en relación al consumo femenino de pornografía. “Para comenzar, nuestro propio cuerpo es un prejuicio, porque todo lo que tiene que ver con sentir placer está relacionado con el pecado”. Asegura que esa idea ha sido implantada de manera social, como los estereotipos machistas y  tiene que ver también con la religión. Para ella, sentir placer es una necesidad, es algo natural y normal.

Denisse Rivera, una de las mujeres  entrevistadas  afirmó que  ¨las mujeres también vemos porno para masturbarnos. El problema es que no lo expresamos porque socialmente no es aceptado que una mujer diga que ve esas cosas, y menos que lo hace para tocarse¨.

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Según los datos, las mujeres consumen productos pornográficos para conocer sobre el tema  y obtener placer. El análisis del sondeo revela que las mujeres que reconocen buscar un estímulo sexual con estos productos denotan una mejor educación sexual, que les permite conocerse y no limitarse por prejuicios o tabúes. Mientras que la población que ve pornografía por curiosidad lo hace porque el tema es visto como un tabú, algo de lo que no se habla  y de lo que conoce poco.

En definitiva, las mujeres consumen contenidos pornográficos pese a la contrariedad dictada por las posturas religiosas y sociales que prevalecen en el país. No obstante, los prejuicios que la sociedad y la religión crean alrededor de este tema representan una amenaza cultural hacia las mujeres, pues condiciona sus respuestas sobre el consumo de la pornografía. Esto se puede observar en el sondeo que se realizó, ya que más del 80% de las encuestadas dicen que las mujeres sí consumen pornografía, sin embargo, cuando se les pregunta si ellas han consumido, la mayoría responde que no.

 

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