Aeropuerto escuela de El Salvador es único en el radar centroamericano

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Expertos aseguran que, a nivel centroamericano, la educación aeronáutica impartida en el Aeropuerto de Ilopango es de calidad y completamente competitiva. Foto por: Diana Carranza.

Las actividades del Aeropuerto de Ilopango han pasado inadvertidas durante años. Constantemente las autoridades han buscado reactivarlo y convertirlo en la terminal aérea que fue en el pasado. Sin embargo, su aporte a la economía nacional está creciendo y a nivel centroamericano es una sede reconocida por la calidad educativa en la aeronáutica que alberga.

Por Diana Carranza y Tatiana Alfaro

Hace 102 años se realizó el primer vuelo comercial en el mundo. Tuvo una duración de más de 20 minutos. Se dirigió desde San Petersburg hacia Tampa, Florida, Estados Unidos. El costo de aquel vuelo fue de $400. Desde dicha fecha, a la actualidad, la aviación a nivel global no ha dejado de crecer y modernizarse. Se ha puesto a la disposición del mundo un sin número de aviones de última tecnología y grandes aeropuertos. El sector del transporte aéreo potencia las relaciones internacionales, la economía mundial (en cuanto al turismo, comercio) entre otras áreas.

Según la Fundación para la Educación Integral Salvadoreña (FEDISAL), «el impacto de este sector gira alrededor de los 3 mil 500 millones de dólares, que representa el 8% del Producto Interno Bruto (PIB) en el mundo». Lo que genera, de esta manera, «32 millones de puestos de trabajo y moviendo el 40% de las exportaciones», explicó. 

35 años después de haber realizado el primer vuelo comercial, en El Salvador  se inauguró el primer aeropuerto internacional en 1949, en el municipio de Ilopango. Contó con la mejor tecnología de la época. Asimismo, de acuerdo con el Organismo Promotor de Exportaciones e Inversiones de El Salvador (PROESA), dicho aeropuerto posee una localización estratégica, debido a la proximidad con la ciudad capital, las condiciones de suelo y la infraestructura con la que se creó.

El Aeropuerto Internacional de Ilopango era la principal terminal aérea del país en los años 70s. Por eso, a dicho aeródromo se le adjudica el inicio de la aviación en El Salvador. Ahí recibieron, por primera vez, los aviones más grandes y construyeron la primera terminal internacional del país.

Sin embargo, ante el paso del tiempo y la efervescente demanda aérea, según la Asociación comunal para el Desarrollo de la Ciudad de Ilopango, el aeropuerto no reunió las condiciones necesarias para suplir dicha demanda. «Resultó ser muy pequeño y de riesgo por el crecimiento habitacional a sus alrededores», detallaron.

Ante eso, se debió construir el actual Aeropuerto Internacional  de El Salvador “Monseñor Oscar Arnulfo Romero y Galdámez”. Otro factor decisivo para la edificación de un nuevo aeropuerto fue la necesidad de atraer más aerolíneas o aeronaves de mayor tamaño al país.

El subdirector de la escuela de aviación “Dárdano Aeroservicios”, Raúl Ernesto Alvarado, explica que debido a la creación de un aeropuerto más grande, con mejor arquitectura y más moderno, el Aeropuerto de Ilopango perdió su prominencia como terminal aérea. Las operaciones comenzaron a descender. En consecuencia, fue visto únicamente como base militar de la Fuerza Aérea de El Salvador (FAES); aunque, geográficamente, el aeropuerto esté dividido en el área militar, por un lado, y el área civil, por otro.

Por esta razón, de acuerdo con el técnico en mantenimiento aeronáutico y director de “Dárdano Aeroservicios”, Daniel Echeverría, Ilopango es un aeropuerto atípico, que reúne y aporta al país muchos elementos en un solo establecimiento. “Es más un lugar de instrucción y, precisamente, se caracteriza por ser un aeropuerto para enseñanza, entrenamiento y (vuelos de tipo) privado…”, puntualizó.

Los datos de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), confirmaron la declaración realizada por Echeverría. En 2013, por ejemplo, fueron las operaciones de instrucción y adiestramiento quienes tuvieron más presencia en el aeropuerto, con un total de 28 mil 463 operaciones al año; seguido de 12 mil 095 vuelos y aterrizajes efectuados en el ámbito civil y, por último,  5 mil 906 intervenciones ejecutadas por la FAES.   

Punta de lanza en la región centroamericana

Avión en mantenimiento, conocido como Arava. El Aeropuerto de Ilopango es catalogado como “la cuna de aviación en El Salvador”. |Fotografía por Tatiana Alfaro
Avión en mantenimiento, conocido como Arava. El Aeropuerto de Ilopango es catalogado como “la cuna de aviación en El Salvador”. Foto por: Tatiana Alfaro.

El país cuenta desde bachilleratos, técnicos y carreras completas relacionados al campo de la aeronáutica. Sus enfoques pueden ser militares y civiles. En este último sector, cabe destacar que la Escuela de Aviación PANAL fue la primera, y por ende la más antigua, en instalarse en el Aeropuerto Internacional de Ilopango. Hasta la fecha tienen 40 años de funcionamiento.

En total son cinco las escuelas que trabajan en adiestramiento para pilotos y una exclusiva para el área de mantenimiento. Ambos directores de “Dárdano Aeroservicios” explicaron que el sistema educativo que se imparte en el Aeropuerto de Ilopango es bastante competitivo en la región centroamericana.

Cuentan con estudiantes que han decidido realizar sus carreras aéreas en El Salvador, procedentes de Honduras, Belice, Guatemala, entre otros países. Afirmaron que la calidad educativa ha sido clave para el crecimiento de estas escuelas y de la aviación, en general.

El estudiante de primer ciclo del técnico en mantenimiento aeronáutico (TMA),Armando Barrios, explicó que descubrió la carrera por casualidad. Evaluó las instituciones que brindaban dicho técnico y decidió que estudiar directamente en Ilopango era lo idóneo.

“Hay un flujo constante de avionetas que aterrizan ahí. Estás viendo las que están en uso. Observas al mecánico trabajarlas. Ver qué le hace… y él te explica. En otros lugares fuera de Ilopango no es así. Ilopango es un lugar que lo tiene todo (en cuanto al tema de enseñanza)”, declaró.

Asimismo explicó que la educación en el lugar dota de herramientas claves y cursos extras sustanciosos a los estudiantes. “Buscan darle más incentivos a los alumnos. Incluso, ahora, será  obligación al final de la carrera hacer cinco horas de vuelo. Eso no lo tenía en el pensum porque seré TMA, pero creo que es un gran extra. Además, por la relación directa que existe con el aeropuerto, me tocó estar en el show aéreo junto a Melissa Pemberton… el tercer lugar mundial de acrobacias. Es el lugar ideal”, declaró.

Para poder graduarse de la escuela,  comentó que deben pasar por los exámenes de aprobación en la Autoridad de Aviación Civil (AAC). Tardan 10 meses aproximadamente en darles la licencia que los acredita como TMA, ya que dicha entidad busca corroborar sus conocimientos.

En cuanto a la educación militar impartida en Ilopango, Dominic Ramírez explicó que la instrucción es buena, con algunas mejoras por hacer, pero llena de retos. Obtuvo su bachillerato en 2013 en la Escuela Técnica de Mecánica de Aviación. Declaró que las ventajas de estudiar en Ilopango es que tienen instructores apropiados, que cuentan con años de experiencia y es un lugar donde fácilmente les ofrecen un empleo como técnico de la FAES.

“Cuando salí me ofrecieron trabajo, siempre en la rama militar. No lo acepté porque no era eso lo que quería”, puntualizó Ramírez. Terminó su  carrera de TMA en la Universidad Don Bosco. Hizo sus prácticas en una escuela privada en Ilopango. Entonces, al haber estudiado en ambos sectores (civil y militar) considera que, aunque se encuentren en el mismo lugar,  las diferencias académicas son bastante notables.

La primera diferencia que mencionó fue el régimen y el entrenamiento de la FAES.  En segundo lugar, por su experiencia, consideró que en las escuelas privadas muchas veces se pierde el interés en la instrucción personalizada. “La militar tiene experiencia no basada en manuales, si no que en las cosas que han vivido como técnicos. Te enseñan lo que ellos han hecho y maneras fáciles o sutiles de hacer un trabajo”, concluyó.

Dominic egresó recientemente de sus estudios superiores, pero no ha ejercido ningún trabajo de acuerdo a su profesión. Explicó que está planeando ahorrar cierto capital porque quiere costearse su licencia como piloto.  En este sentido, Echeverría comentó que en El Salvador los costos de las carreras de aviación, comparados con otros países, son más accesibles.

“En cifras, un promedio de la carrera más económica, ronda los 26 mil dólares. Otra, una de las carreras más caras en Ilopango, por el tipo de aviones que tiene, asciende a 45 mil dólares. Pero, en otros países, lo que pagarían acá, solo le equivale al 50% de lo que les costaría en su país”, puntualizó.

Una carrera con seguridad laboral

Avioneta Christen Eagle, también conocida como Aviat Eagle, disponible en “Dárdano Aeroservicios” |Fotografía por Tatiana Alfaro
Avioneta Christen Eagle, también conocida como Aviat Eagle, disponible en “Dárdano Aeroservicios”.Foto por: Tatiana Alfaro.

La apertura y desarrollo del campo de la aviación ha supuesto beneficios económicos para quienes lo estudian. Los alumnos, luego de obtener cualquiera de las licencias relacionadas con esta área (piloto, mantenimiento de aviones pequeños o técnicos en mantenimiento aeronáutico) tienen una fácil inserción laboral, debido a la gran demanda existente y lo especializado del campo.

Carlos Menéndez, de 24 años de edad, se graduó del bachillerato básico aeronáutico en la Fuerza Aérea de El Salvador, a los 18 años. Declaró que a los tres meses de haber recibido su título, como bachiller, obtuvo empleo. Hace cinco años labora en Aeroman (estación reparadora de aeronaves).

“Al solo finalizar los estudios ya vamos con trabajo directo. Podemos trabajar en Aeroman, Avianca y la FAES. En esta última no solo te enseñan a arreglar aviones, sino también helicópteros y Aeroman está asociado con el área militar del aeropuerto. Ellos hablan para contratar gente de ahí. Les piden referencias. De mi promoción contrataron a tres, entre ellos, yo”, comentó Menéndez.

Entre Aeroman e Ilopango (tanto en las escuelas civiles, como la FAES) existe una relación estrecha. La empresa envía instructores que brindan una educación más práctica y personalizada. En este sentido, el beneficio también es bidireccional, ya que preparan a jóvenes que en un futuro podrían trabajar con ellos.

Según Echeverría, la aviación es una de las carreras con mejores salarios; no solo a nivel nacional, sino internacional. Dichos sueldos superan la media del pago mínimo en el país. Por ejemplo, FEDISAL explicó en el “Informe de Mercado Laboral para la Especialidad en Aeronáutica” que un mecánico aeronáutico ronda un salario mayor o igual a $700. El salario de un técnico de logística en aeropuertos, mantenimiento en líneas o mantenimiento mayor, está entre $500 y $1,000 dólares estadounidenses. Estos pueden aumentar según el nivel educativo y la experiencia que el trabajador posea.

En este sentido, crecer no solo de manera laboral sino también académica es otras de las ganancias que adquieren quienes estudian en cualquier rama de la aeronáutica. Menéndez indicó que recibió un total de 35 cursos y la experiencia lo llevó a ser segundo al mando a sus 20 años. “Cuando comencé a conocer la carrera, me enamoré. Si a alguien le gusta lo que hace, lo disfruta. Por eso seguí estudiando. Y en el trabajo también me pagan por estudiar y sacar diplomados”, afirmó.

Incluso, debido a la calidad del estudio impartida en el aeropuerto, la experiencia laboral y  la eficacia en los trabajos desarrollados les ha abierto puertas a nivel internacional a quienes estudian aeronáutica. “Puedo irme a Brasil a trabajar en Embraer, una empresa que fabrica aviones brasileños. También a Europa en Airbus, es la empresa más fuerte que nosotros (Aeroman) llevamos. En eso soy experto totalmente. Y, en Estados Unidos, puedo irme a Boeing”, declaró el TMA. Sin embargo, alegó no haber tomado la decisión de trabajar en el extranjero puesto que piensa que la eficiencia de su trabajo debe aportarlo en su país.

Múltiples beneficios y retos del aeropuerto escuela

La aviación, en general, le ha aportado mucho a  El Salvador. Según Menéndez el avance de este campo laboral le está otorgando al país reconocimiento y orgullo a nivel internacional. Comentó que ha escuchado comentarios positivos de gente de Panamá, Guatemala y Estados Unidos donde alaban el trabajo realizado y la cualificada mano de obra en el país. “Aeroman, por ejemplo, es de las primeras 10 en el mundo de estación reparadora. Son 12 aviones a los que les damos mantenimiento. Estamos recibiendo aeronaves 330 que son unas bestias (por su gran tamaño)”, detalló.

La economía salvadoreña también ha visualizado ganancias. La ley de zonas francas y el desarrollo de cluster de servicios aeronáuticos salvadoreños, por mencionar algunos sectores, han sido elementos que han potenciado este campo laboral puesto que se han hecho visibles a nivel internacional.

Según el estudio “El Sector del aeromantenimiento como dinamizador de la economía en El Salvador”,  realizado por la Universidad Dr. José Matías Delgado, “la industria aeronáutica en el país puede crear en corto tiempo, miles de mejores empleos, impactando en cientos de millones de dólares en valores de exportación, convirtiéndose en una industria clave y estratégica para nuestro país”, se detalló en dicha publicación.

Lo anterior requiere de habilidades y adiestramiento con las cuales los salvadoreños ya cuentan. El avance de este mercado “posiciona a El Salvador en un grupo selecto de países a nivel mundial de alta competitividad y de alta tecnología en un nicho de desarrollo único y diferenciador a nivel centroamericano… Actualmente El Salvador cuenta con dos puntos de desarrollo de la industria de servicios aeronáuticos, siendo uno de ellos, el Aeropuerto Internacional de Ilopango”, se especificó en el estudio.

CEPA informó en febrero del presente año la modernización de las instalaciones del Aeropuerto de Ilopango, con la finalidad de lograr mayor actividad en el transporte aéreo, fortalecer relaciones comerciales y aprovechar mejor el potencial del mismo. Ante esto, el Estado hizo una inversión de más de 1 millón 266 mil dólares. Con ello se inauguró una nueva terminal de pasajeros, se ha dado mantenimiento a las pistas, y se pretende solventar otras necesidades.

Ante esto, el aeropuerto comenzó a atraer nueva inversión extranjera. Si bien las operaciones aéreas en Ilopango pasaron a ser de carácter militar o privado, luego de la construcción del aeropuerto en Comalapa, ahora diariamente se están realizando vuelos comerciales internacionales con Transportes Aéreos Guatemaltecos (TAG), en la antigua terminal aérea.

Sin embargo, este centro de instrucción también se enfrenta a una serie de retos. Echeverría y Alvarado consideraron que aún falta modernizarse, mejorar la infraestructura, facilitar procesos burocráticos y certificaciones en otros servicios profesionales técnicos de la aviación, como taxis aéreos, sobrecargos, despachadores y controladores aéreos.

En el tema de educación, Menéndez aseguró que la FAES debería incluir aviones más nuevos, centrarse cada vez más en la práctica o el ejercicio de la aviación. Según él, también convendría que las escuelas civiles se decanten más por perfeccionar el área técnica e inculcar actitudes laborales idóneas en los estudiantes.

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