El deporte también hace historia

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Foto obtenida de: https://cerosetenta.uniandes.edu.co/cinco-veces-que-la-politica-se-le-atraveso-a-los-olimpicos/

Desde tiempos inmemoriales, el hombre ha puesto su mano y su sello en la historia. En el caso del deporte es muy particular, ya que el ser humano no solamente busca el conocimiento o el poder, sino también una forma de sosiego y alegría por medio de la competencia y práctica. No obstante, el tiempo acarrearía otras implicaciones al deporte.

Por Ariel Josué López y Francisco Gabriel Martínez

Imperio Chino

La primera referencia se remite a la antigua China. En buena parte de su cronología, los deportes eran parte de la práctica militar, indica José Mezcua de la Universidad de Granada en su escrito “Introducción a la historia de los deportes en la Antigua China”.

El autor menciona los orígenes del tiro con arco, el cual tiene un amplio sentido mitológico, violento y competitivo desde la dinastía Shang-Ying (1,766-1,122 a.C.). Luego, esta práctica evolucionó hasta convertirse en un “ritual en el que todas sus dimensiones estaban marcadas por un protocolo basado en leyes éticas y morales y que tenía como principal meta canalizar esa violencia en un racionalizado orden social”.

Luego están las artes marciales y los acróbatas chinos, que siempre se asociaban a la competencia militar, lo cual implicaba el uso de distintas armas, técnicas psicológicas y espectáculos de danza. Posteriormente, en la dinastía Qing (1644-1911) las acrobacias eran parte del teatro y su influencia se percibe en el mundo contemporáneo, por ejemplo: el Cirque du Soleil.

Imperio Egipcio

Ahora, en un salto de tiempo y espacio, al rey Tutmosis III de Egipto, (XVIII dinastía, 1,550 a.C.), se le reconoció como deportista, debido a su gusto por practicar: “equitación, el remo y el tiro con arco, y se cuenta que era capaz de atravesar con las flechas unas dianas de cobre de 6 centímetros de grosor”. La historia lo pone como referente del deporte egipcio, tal como expresa Isabel Gil en su escrito “Juegos y Deportes en el Antiguo Egipto”.

Dicha autora menciona que los egipcios se dedicaban a ciertas actividades de ocio de acuerdo a las clases sociales. Pero no tenía un sentido competitivo, sino lúdico y para la buena salud que practicaban hombres y mujeres, tales como: “la lucha, la esgrima con palos y el atletismo entre los varones, y la danza, los juegos acrobáticos con pelotas y la natación entre las féminas”.

Antigua Grecia

Mientras que en la antigua Grecia, los juegos olímpicos (776 a.C.), se basaban en el desarrollo de distintos deportes como luchas, carreras de carros (jalados con caballos), carreras terrestres, salto largo, lanzamiento de jabalina, de disco, etc. En donde, al final de cada competencia, el premio para el ganador era una corona de laureles que era un símbolo de victoria.

Además, según el académico Fernando García Romero de la Universidad Complutense de Madrid: “El deporte griego y el deporte actual comparten bastantes rasgos comunes… la importancia que se concedió ya en la antigua Grecia a la práctica de la gimnasia como fundamento de la salud física y también como contribución a la formación intelectual e incluso moral de las personas”.

Imperio Romano

De esa herencia de la cultura griega, apareció una nueva connotación para el deporte. En el Imperio Romano (29 d.C.) apareció el famoso “Circo”, el cual tenía como una de sus principales atracciones la lucha entre gladiadores. Estos solían ser esclavos o criminales condenados aunque, en ocasiones, había ciudadanos que participaban voluntariamente en esas luchas.

Diseño: Eduardo Rogel
Diseño: Eduardo Rogel

América prehispánica

Por otro lado, en la América precolombina se practicó el juego de pelota (procedente de la cultura tolteca: 950-1,250 d.C.). Así mismo indica Juan Gabriel Ocampo de la Universidad Nacional de Colombia en su texto “El juego de pelota prehispánico y los juegos olímpicos”, que existían implicaciones religiosas entre el escenario y el juego, en donde se representaba la vida y la muerte.

América del Siglo XX

Más adelante, en la era contemporánea tuvo más apogeo el balompié o, simplemente, el fútbol (1863 en Gran Bretaña). Este deporte llevó el fanatismo hacia otro nivel, que ningún otro deporte había logrado. Tal como explica Eduardo Galeano en su libro “Fútbol a Sol y Sombra”: “En qué se parece el fútbol a Dios. En la devoción que le tienen muchos creyentes…”

Galeano hace mención a que el fútbol fue muy despreciado por los intelectuales debido a que creían que “la plebe piensa con los pies, que es lo suyo y en ese goce subalterno se realiza”. También menciona que la pasión por el fútbol fue criticada por los pensadores de izquierda, quienes afirmaban que esta pasión disminuía su energía revolucionaria.

I Guerra Mundial

La premisa de Eduardo Galeano se vio desafiada cuando sucedió la famosa “Tregua de Navidad” del año 1914. De acuerdo a National Geografic, en su artículo “La tregua de Navidad de la Primera Guerra Mundial”, los frentes alemanes y británicos pactaron no dispararse durante la Nochebuena, en donde se intercambiaron regalos y jugaron un partido de fútbol entre los soldados en los frentes de Francia y Bélgica.

Tal como afirma Vice Sports, un pariente del sargento británico, Clement Baker, recibió una carta que explicaba lo que pasó en ese momento: “Según relata el soldado, alguno de sus compañeros pateó un balón desde la trinchera y los dos ejércitos se pusieron a patear el balón”. También dijo que el juego terminó 3-2 a favor de los soldados alemanes y solamente en algunos frentes pasó ese histórico acontecimiento.

Alemania nazi antes de la II Guerra Mundial

La Alemania gobernada por Adolf Hitler rozó con el deporte, pero este caso englobó todas las disciplinas en los Juegos Olímpicos de 1936. El objetivo de los nazis era engrandecer a la raza aria en todos los aspectos posibles y se realizó un camuflaje del contexto político teutón: “Se retiraron temporalmente la mayoría de los letreros antisemitas y los periódicos moderaron su dura retórica”, expresa la United States Holocaust Memorial Museum.

Para concluir, el deporte es una de tantas creaciones del ser humano y ha traído muchas alegrías a los participantes como a sus seguidores. Durante buena parte de la historia humana, la práctica deportiva pasó de tener un carácter simbólico, militar o religioso a uno lúdico, sin mencionar que fue capaz de frenar (por un momento) los conflictos bélicos del siglo XX, por lo tanto el deporte también hace historia.

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