Las escritoras salvadoreñas hablan desde sus propios espacios y experiencias, abordando temas que marcan una diferencia en relación con la generación que les precede, la generación de la guerra.
Por Gilberto Segovia, Doris Rosales y Laura Flores
El cambio en los esquemas sociales, políticos y culturales que experimenta un país puede evidenciarse en muchos espacios y de diferentes maneras. Una de estas formas es la visión de mundo que se plasma en la literatura. Es por eso que las mujeres escritoras de esta generación están posicionando temas actuales y de interés común en sus textos.
Según la poeta salvadoreña Lourdes Ferrufino, los temas frecuentes que las escritoras jóvenes están retomando son: la exaltación del cuerpo femenino, el cuestionamiento de la feminidad tradicional, la sexualidad y el amor. Además, explica que queda evidenciado el interés en otros aspectos importantes, como el desempleo y la violencia cotidiana que viven las mujeres.
Para la escritora Nicole Membreño, las mujeres no están escribiendo sobre un tema en específico, sino sobre sus experiencias personales, sus relaciones con otras personas, sus intereses románticos, sus familias, sus memorias y la empatía emocional, aunque no se dejan de lado los temas de interés social. Por ejemplo, «algunas escriben desde las dificultades de su día a día, cómo nos desarrollamos las mujeres que formamos parte de una sociedad tan machista y quebrantada», sostiene Membreño.
Ferrufino afirma que, a diferencia de las escritoras de esta generación, «la mayoría de las que nos preceden hablaron del exilio, la guerra, el abandono, la muerte, y en un contexto más positivo, de la voluntad de construir un país democrático a partir de los Acuerdos de Paz. También hablaron del amor y la maternidad. Diría que, de algún modo, el tema de la violencia nos atraviesa a ambas generaciones, pero con sus variantes de época».
La poeta salvadoreña Susana Reyes dice que esta diferencia se debe a que «ahora se tiene más acceso a lecturas, a expresión, ya sea a través de los blogs, libros artesanales, la edición de autor o a través de editoriales independientes, canales de las redes sociales, foros, etcétera. Hay más contacto con otras escritoras contemporáneas (mayores y menores) a través de una mejor circulación del libro, de participación en lecturas, encuentros, etcétera».
La actriz de teatro y escritora Emmeti Pleitez explica que la libertad y desarrollo literario con el que se cuenta actualmente se ha ganado a través de muchos siglos. «El hecho de que las mujeres dejemos de escribir desde las superficialidad, imitando el estilo literario masculino, y escribamos desde nuestros propios sentires, es algo por lo que se ha trabajado», explica.
Sin embargo, Pleitez también afirma que el reto actual de las escritoras salvadoreñas es el de reconocerse, primero como mujeres, luego como artistas y finalmente como escritoras. Y manifiesta que los círculos intelectuales en El Salvador suelen estar llenos de hombres, que las editoriales publican muchos más títulos de hombres y que logros de mujeres escritoras tienen menos eco que si los hubiese hecho un hombre.