El director del Sistema de Coros y Orquestas Juveniles, Francisco Mena, sostuvo que la próxima fase de adiestramiento en lutería de cuerdas se realizará en junio próximo.
Por Roque Pino y Fátima Quintanilla
Un taller gratuito e intensivo de reparación y mantenimiento de instrumentos de viento, cuerda y percusión será implementado en junio, según Irving Martínez. Agregó que esta iniciativa forma parte de los esfuerzos de la Secretaría de Cultura (SECULTURA).
Con ello, SECULTURA busca incursionar en el arte de la lutería, por medio de los jóvenes. Esta práctica consiste en la restauración material y estética de un instrumento musical.
Además, se pretende impulsar y diversificar la enseñanza musical en el país. El entrenamiento será impartido por dos luthiers norteamericanos Andy Frobig y Dana Riveccio, del Frobig Wind Repair (Nueva York, Estados Unidos). Riveccio pertenece a la National Association of Professional Band Repair Technicians, de los Estados Unidos. Es una técnica certificada en reparación de Selmer Paris.
Ambos dirigieron la formación técnica en los dos últimos talleres. La iniciativa forma parte de dos etapas previas: cada una se llevó a cabo en un lapso de dos semanas, con clases teóricas y prácticas, durante el pasado mes de febrero. La temática que se abordó fue la reparación y mantenimiento de los instrumentos viento-madera. La ejecución de cada taller ha sido financiada por patrocinadores y convenios interinstitucionales.
Para Francisco Mena, este esfuerzo “Otorgará una formación semiprofesional a los estudiantes que pertenecen a la entidad, generará aptitudes vocacionales, oportunidades de empleo; y a futuro se podrá innovar en la fabricación de los instrumentos”. Debido a las características demandantes y minuciosas de este arte, el plan ha sido dirigido hacia cinco jóvenes músicos, del Sistema de Coros y Orquestas Juveniles.
Los alumnos que reciben el taller provienen de la zona metropolitana y paracentral del país. Jorge Gutiérrez, alumno del taller, expresó “sentirse congraciado por participar en este proyecto, ya que son caros y únicos; deberían de existir más apoyos financieros, para continuar en este proceso de aprendizaje”.
Sin embargo, Irving Martínez, director asociado de la Orquesta Sinfónica de El Salvador, opinó que “los programas de formación no deben ser masivos y deben enfocados a largo plazo».
En la actualidad, la mayoría de luthiers que se dedican de manera formal a este oficio sobrepasan los 50 años. Algunos, por sus estudios, reconocimientos y obras realizadas, se han convertido en pioneros y maestros en esta materia. A nivel regional, Centroamérica cuenta con cuatro lutiers, destacados por su trayectoria y profesionalismo. Sus nombres, nacionalidades y edades son Juan Carlos Soto, costarricense, 51 años; Mauricio Benjamín Solís, salvadoreño, 52 años; Manuel Contreras II, hondureño, 53 años; y Ramón Iglesias, guatemalteco, de 66 años.
En El Salvador no existe una escuela que provea formación académica en esta área. Por su parte, Mauricio Benjamín Solís, quien desde los siete años se ha capacitado como instrumentista profesional, con especialidad en violín. Desde el 2012 funda y dirige la Orquesta Sinfónica Cristiana (OSC).
En los últimos cinco años se ha especializado como luthier de cuerdas. Mauricio Solís es el propietario de Instruments Workshop. Para convertirse en luthier ha desarrollado un amor por el instrumento, conocimientos de diseño, tipos de maderas y pinturas; así como el manejo de herramientas, criterio musical y un alto grado de concentración en los detalles. Esta clase de oficio artesanal permite crear instrumentos propios.
Cada luthier puede especializarse en artefactos de viento, cuerda o percusión. Para algunos expertos en música, un luthier es el médico de los instrumentos musicales. Por otro lado, la lutería implica una inversión alta, en tiempo, recursos y conocimientos técnicos. Para el Coordinador de Música, del Centro Nacional de Artes (CENAR), Leonardo Martínez “En El Salvador, aún no estamos preparados para valorar la labor de un luthier”.
