Mirar y venerar las reliquias del mártir, nos refieren al testimonio de su vida cristiana y al compromiso con nuestra sociedad.
Por Gabriela Aquino
Las reliquias de monseñor Oscar Arnulfo Romero, llegaron este lunes 24 de julio a la universidad José Simeón Cañas como parte del recorrido por las parroquias y catedrales de El Salvador y que inició en julio del año 2015.
Se trata de una reliquia de primer grado, el corporal ensangrentado que utilizó monseñor Romero, y una reliquia de segundo grado que es la mitra que él vestía.
La comunidad universitaria mantuvo las reliquias durante todo el día en la Parroquia Jesucristo Liberador. A las cinco de la tarde, tuvo lugar la eucaristía presidida por Carlos López, jesuita y director de la pastoral universitaria.
La iglesia pretende que las reliquias puedan ser veneradas por todos los salvadoreños. Fue una iniciativa que surgió por el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar, luego de la beatificación de monseñor Romero en el año 2015. El peregrinaje tiene como fin dar a conocer las reliquias de Romero y hacerlo sentir entre el pueblo.
«Que el paso de las reliquias por las diferentes parroquias de nuestro país, sea para todos los cristianos motivo de compromiso, de que así como con Monseñor Romero, Dios pasó por El Salvador, pueda, a través de nosotros seguir pasando»: Carlos López, S.J.
Las reliquias fueron trasladadas a la parroquia El Carmen en la colonia Roma, de donde continuaron su recorrido por las más de 400 parroquias a lo largo del país.
El proceso de canonización de Romero sigue abierto y “a su ritmo”, tal como dijo el Papa Francisco al cardenal Gregorio Rosa Chávez, en la última reunión que se tuvo para discutir el tema en marzo del presente año.