Una buena definición de noticias falsas, es una palabra sencilla: Mentiras. ¿Qué son y, sobre todo, qué hacer ante ellas?

Por Gabriela Aquino y José Miguel Santeliz

Un “periodismo” de falsedades

El mundo está lleno de política. Su aroma anda por todos lados, como el oxígeno; todos lo respiramos, pero pocos nos damos cuenta de que realmente está ahí. La política se vale de muchos recursos para hacerse notar: la televisión, la radio, las noticias. Hoy el tema es la noticia. Y no cualquier tipo de noticia: la noticia falsa, ese veneno que se viste de oxígeno y que muy pocos saben reconocer a tiempo.

¿Qué es una noticia falsa?

Bueno, aquí puedes profundizar más sobre el tema, pero, a grosso modo, una noticia falsa es, a los ojos de la editora del Boletín Salesiano Centroamericano, Zaída Navarrete, una mentira que ocasiona la desinformación de la población. 

Es impensable, sin embargo, que, por el hecho de que estas noticias aún clasifican en esta categoría, cualquier lector podría leer una sin reconocerla. ¿Cómo, entonces, puedo reconocer una noticia falsa? Pues este es uno de los retos que presenta el periodismo moderno: el reconocimiento, la anulación y la corrección de las fuentes desinformativas.

Sin embargo, las noticias falsas no son retos que solamente el lector afronta. También los periodistas deben lidiar con la desinformación, aunque de lugares distintos, como las fuentes. El coordinador del Suplemento Cultural 3000 del Diario CoLatino, Mauricio Vallejo Márquez, afirma que las fuentes informativas también le juegan trampas al periodista. Esto se observa frecuentemente con personas que buscan resaltar su ego, como los artistas, los políticos o las empresas. Aunque, afirma él, el error del periodista es no corroborar la información obtenida

Hacia un periodismo transparente

Los medios de comunicación son políticos en el sentido en que interactúan con la población, influyendo en ella y, de cierta forma, fomentando la participación de la misma en los asuntos del país. La denuncia es el arma de la prensa contra las injusticias sociales. Y, cuando este órgano que busca encaminar la sociedad a un buen futuro se ve permeado por venenos como el de las noticias falsas, el único instrumento para corregirlo es el mismo que él emplea para influenciar a las personas de poder: la denuncia, tanto del periodista como del lector, de una noticia falsa.

Ahora bien, ¿cómo podemos identificar una noticia falsa? En su libro, “La noticia: pistas para percibir el mundo”, Mar de Fontcuberta establece su llamada “tipología de lo que nunca ocurrió”, en la que clasifica tres tipos de noticias falsas: las inventadas, redactadas en base a elementos que no existen; las erróneas, que presentan datos erróneos o falsos, y las especulativas, construidas en base a rumores no confirmados.

En resumen, y en convergencia con el aporte de Zaida Navarrete, una noticia falsa se identificará si se revisa la fuente utilizada para su redacción. Ella añade que

Solo debemos confiar en las fuentes serias. Ya sabemos quiénes son los noticieros serios, así como los periódicos y los medios de Internet que no nos mentirán, que hacen un periodismo serio

Una vez reconocida una noticia falsa, debe de ser denunciada. El periodismo depende tanto de su audiencia como de los periodistas y, a veces, estos últimos son los que colaboran con su corrupción. La transparencia solo se logrará señalando las falsedades.

Tal vez la denuncia de un solo ciudadano no pueda cambiar las cosas, pero, unidos, los ciudadanos tienen el poder de hacer cambios. El futuro del periodismo yace en tus manos, lector.

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