Los alimentos en sí solos no son el detonante de esta enfermedad que afecta a las personas que la padecen, sin embargo, existen listas de comidas en las que se debe escoger como si fuera una tómbola y agarrar el número exacto de calorías a consumir.
Por Elizabeth Henríquez y Gerardo Martínez
Endocrinólogos y nutricionistas concuerdan que no se trata de los alimentos que ingerimos sino de la cantidad o frecuencia con la que los consumimos. Los médicos aseguran que se puede comer de todo, pero hay una regla indiscutible a seguir: hacer la medición correcta de las porciones a la hora de servirse.
Bocados pequeños
La receta “mágica” contra la diabetes, según el endocrinólogo, Oscar Amador, es sencilla: “Todos pueden y deben de comer lo que quieran, la clave es no excederse”.
El galeno explica que entre los alimentos que no representan un riesgo para el padecimiento de diabetes están las moras, fresas, arándanos, pescados, nueces, yogurt, verduras, frutas cítricas y frijoles.
En contraposición a estos se encuentran las harinas, carnes rojas, papas, yuca, lácteos, remolachas, zanahorias, cocos, mayonesa, aceites y grasas saturadas, ya que estos contienen niveles elevados de carbohidratos que al ser procesados por el organismo se convierten en azúcar.
El médico ejemplificó «La diabetes es como “un chorro de agua, porque la orina es dulce. Los médicos antes dejaban en depósito la orina y esperaban a que llegaran las hormigas, así se hacía el diagnostico». Agregó que esta enfermedad dificulta metabolizar los carbohidratos y proteínas, lo que explica el porqué de los niveles exagerados de azúcar en la sangre.
Esmeralda Guardado, es una enfermera de 30 años de edad, que lleva una dieta en la que se permite comidas de altas calorías, pero que las sabe controlar escogiendo pequeñas porciones.
“Yo trato de probar platos con comida de todo lo que puedo. Suelo viajar y no me gusta prohibirme con lo que pruebo, pero si tengo varias estrategias para cuidar mi nivel de azúcar, y no engordar. No tomo gaseosas o jugos, mi único líquido es agua o jugos naturales sin edulcorante, además no como pan, ni tortilla”, confesó Guardado.
Las medidas a la hora de comer no solo aplican para personas adultas, sino también para los menores. “Es obligatoria la conciencia alimenticia”, reiteró Amador.
La Encuesta Nacional de Salud (ENS) realizada por el Ministerio de Salud (MINSAL) revela que la cifra de menores obesos ha aumentado en un 50%. Instituciones como la Asociación Salvadoreña de Diabéticos (ASADI) insiste en que el aumento de casos de obesidad y diabetes en menores de edad es debido al desconocimiento, a la falta de control clínico y los malos hábitos de la población.
Sin embargo, personas como Ricardo Sánchez son la excepción. Él es estudia inglés y práctica ejercicios. Equilibra lo que come quemando calorías en ciclismo y en el gimnasio. “Me alimento por dos. En mi casa me dicen que demasiada chatarra compro para comer, pero yo trato de quitar la grasa de mi cuerpo con actividades físicas. Me siento con energías y no tengo diabetes a pesar que como de todo”, declaró Sánchez.
El endocrinólogo asegura que si se come demasiado en el día, pero al mismo tiempo se gasta gran cantidad de energía ejercitando el cuerpo no hay problema, pues es el ejercicio un factor clave para prevenir la enfermedad.
Datos alarmantes
ENS señala que en el 2014 se detectaron 13 mil 298 nuevos casos. 634 fallecieron por dicha enfermedad (13% más que en 2013) y de estos, el 85% eran mayores de 50 años.
El boletín epidemiológico emitido por el MINSAL para este mes de marzo colocó a la diabetes como la onceaba enfermedad más reportada en el sistema público de salud.
La recomendación para no ser parte de las estadísticas es no excederse en el consumo de grasas, mantenerse en actividad física continua, educarse y acudir al médico regularmente para que este le realice los exámenes de sangre pertinentes a fin de conocer su verdadero estado de salud. La diabetes no tiene cura pero su detección temprana es vital para controlarla.
