Miles de jóvenes acompañaron los diferentes actos culturales y religiosos que se realizaron previo a la canonización de monseñor Óscar Arnulfo Romero en El Salvador. Entre danzas, consignas, bailes, cantos y devoción, los jóvenes participaron de la peregrinación que partió de El Salvador del Mundo hasta Catedral Metropolitana.
Por Mónica Guillén
“Con la canonización nos queda claro que falta mucho por hacer, hasta la fecha la justicia terrenal no ha logrado resolver su asesinato y nosotros los jóvenes somos quienes debemos pedir a las autoridades respuesta no solo al caso, sino al de miles de injusticias que se cometen en el país” afirmó Sofía Cruz, joven que participará de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Panamá.
En su homilía del 7 de mayo de 1978, monseñor Romero proclamó “hay que darle a la juventud de hoy, una sociedad, un ambiente, unas condiciones donde pueda desarrollar plenamente la vocación que Dios le ha dado (…) Hay que proporcionar al ambiente unas situaciones en que el hombre, imagen de Dios, pueda de veras resplandecer en el mundo, participar en el bien común de la República, participar en aquellos bienes que Dios ha creado para todos”. Sus palabras siguen vigentes 40 años después que las pronunció.
Según Carlos María Donati, secretario de la Nunciatura Apostólica, los jóvenes deberían seguir los pasos de Romero, exponer acciones y obras concretas que permitan desarrollar al país por el camino de la justicia, la fraternidad y la concordia. Este sector es el que debe trabajar para que el legado de monseñor Romero no muera.
“Yo siento que monseñor Romero hace un llamado a que se ocupen de la juventud sin oportunidades, víctima de la violencia, señalada, emigrante y sin futuro. Él seguiría creyendo en la juventud como signo de renovación, sin ignorar la pobreza, la crisis familiar y su permeabilidad a las nuevas formas de expresiones culturales”, dijo Marvin Cruz, miembro de la Pastoral Juvenil de la Arquidiócesis de San Salvador.
Así mismo, el sacerdote José María Tojeira, director del Instituto de Derechos Humanos(IDHUCA) recalcó que es el pueblo quien mantiene vivo a Romero; son los jóvenes y su entusiasmo, y debe ser su modelo porque exigió justicia para los campesinos, apoyó sus reivindicaciones y los defendió del odio y la violencia de los poderosos.
El padre Santos Belisario Hernández, director de la Pastoral Juvenil Arquidiocesana, afirmó que es momento para que los jóvenes “tomen la antorcha de la historia” y continúen con el legado de Monseñor Oscar Romero.