Claribel Alegría también descansará en El Salvador

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Foto de Diego Beltrán. Una parte de las cenizas del cuerpo de Alegría descansan en un nicho en el Teatro Nacional.

Una parte de las cenizas de la escritora nicaragüense-salvadoreña Claribel Alegría fue entregada a la Secretaría de Cultura de El Salvador.

Por José Cerna y Diego Beltrán

Una parte de las cenizas de la recién fallecida, Claribel Alegría, fue entregada por sus familiares a la Secretaría de Cultura de la Presidencia. El evento se realizó el 7 de febrero en el Museo Nacional de Antropología “David J. Guzmán”, donde la secretaria de cultura de la Presidencia, Silvia Elena Regalado, recibió los restos de la poetisa.

También estuvieron la presidenta de la Fundación Claribel Alegría, Susana Reyes; la viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, Liduvina Magarin; el embajador de El Salvador en Nicaragua, Carlos Ascencio, y la hija de Claribel Alegría, Patricia Flakoll, entre otros.

Regalado sostuvo que las cenizas de la escritora descansarán en un nicho en el Teatro Nacional de San Salvador. De esta forma, la Secretaría de Cultura pretende honrar a una de las poetas y novelistas salvadoreñas más importantes.

Foto de Diego Beltrán. En la ceremonia estuvieron presentes (de izquierda a derecha) Susana Reyes, presidenta de la Fudación Claribel Alegría, Liduvina Magarín, viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, Silvia Elena Regalado, secretaria de cultura de la Presidencia, Carlos Ascensio, embajador de El Salvador en Nicaragua, Patricia Flakoll, hija de Claribel Alegría.
Foto de Diego Beltrán. En la ceremonia estuvieron: (de izquierda a derecha) Susana Reyes, presidenta de la Fudación Claribel Alegría, Liduvina Magarín, viceministra para los Salvadoreños en el Exterior, Silvia Elena Regalado, secretaria de cultura de la Presidencia, Carlos Ascensio, embajador de El Salvador en Nicaragua, Patricia Flakoll, hija de Claribel Alegría.

Susana Reyes sostuvo que Alegría había representado “la marca de un horizonte de atrevimientos”, en un siglo donde era más difícil para las mujeres destacar en ámbitos intelectuales y artísticos.

Durante la ceremonia, la hija de la escritora, Patricia Flakoll Alegría, dio lectura al poema Testamento a mis hijos, una de cuyas estrofas dice así: “Les dejo una escalera tambaleante, inconclusa, tiene peldaños rotos, otros están podridos y más de alguno entero. Repárenla, elévenla, suban por ella, suban hasta tocar la luz”.

Añadió que “se ha cumplido su deseo (el de la escritora) de descansar en su patria y en su matria, Nicaragua y El Salvador”, haciendo alusión a que el resto de las cenizas de la escritora yacen en su natal Nicaragua.

Algunos amigos de la escritora también se hicieron presentes. “Ella tenía un gran amor por el país (El Salvador), se refería a este como su paisito, ella siempre quería estar al día de lo que pasaba en el país y tenía una gran sensibilidad por la gente más pobre”, expresó José Manuel Olivares.

“Tuve el privilegio de viajar con Claribel a México, y gracias a ello aprendí tanto de ella, no solo por el conocimiento que poseía, sino también por su gran humanismo y compromiso por los pueblos latinoamericanos, especialmente por aquellos dos pueblos  que la habían visto naces y crecer (Nicaragua y El Salvador)”, expresó María Isabel Rodríguez.

Claribel Alegría fue galardonada en 2017 con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, que conceden la Universidad de Salamanca y Patrimonio Nacional de España, convirtiéndose en la primera mujer de Centroamérica en recibir el prestigioso reconocimiento.

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