El Salvador también produce Apps

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Los diseños gráficos actuales con mayor demanda en el mundo de las aplicaciones son los más simples y sencillos de usar, o mejor conocidos como diseños flat.

Una gran parte de las aplicaciones para dispositivos móviles originadas en el país se movilizan en los rubros del comercio y ayuda ciudadana. A pesar de que la mayoría de salvadoreños desconoce el origen de estos programas, las apps son muy utilizadas por la población.

Por Kenya Miranda y Melissa Pacheco

Alertux, CAMARASAL y Tránsito El Salvador son algunas de las aplicaciones que forman parte de la producción salvadoreña. Diseñadores y programadores con conocimientos especializados en esta área ayudan a mantener al país en el mapa del desarrollo tecnológico. Las tres pertenecen a una industria naciente por lo que no se encuentran registros exactos sobre cuántas han sido desarrolladas en el país.

De acuerdo con el experto en computación, Mario Doñán, las apps son programas que convierten un proceso manual en automático y simplifican el trabajo de los usuarios. Son creadas según las necesidades que los consumidores desean solventar y su aceptación responde a la eficiencia que tienen cuando se manipulan.

Entre los usos que se les puede dar a estos programas está el envío de mensajes instantáneos, el fomento de relaciones interpersonales fuera y dentro del país, transacciones bancarias, la creación y difusión de un perfil profesional e incluso se utilizan para saber cómo está el tráfico y conocer direcciones.

CAMARASAL, Alertux y Tránsito El Salvador son tres de las aplicaciones  diseñadas y programadas por salvadoreños.
CAMARASAL, Alertux y Tránsito El Salvador son tres de las aplicaciones diseñadas y programadas por salvadoreños.

Alertux es una aplicación que informa sobre el tráfico y hechos delictivos a nivel nacional; CAMARASAL pertenece a la Cámara de Comercio y permite que las empresas socias puedan dar a conocer sus ofertas, descuentos, eventos y noticias de interés; y Tránsito El Salvador contiene el reglamento de tránsito del país.

Por su parte, el programador, José Echeverría, detalla que para crear una app se deben identificar no solo las necesidades de los usuarios, sino el alcance que se quiere tener, el sistema operativo que la ejecutará y el diseño pantalla por pantalla que tendrá. “Luego se procede a lo que se conoce como programar. Finalmente se realizan pruebas y se corrigen errores para así tener un producto terminado”, afirma Echeverría.

Los expertos coinciden en que algunas de las ventajas que las aplicaciones proporcionan a los consumidores son: simplificar los procesos cotidianos, ayudar a las empresas a cubrir más mercado y a tener control y rápido acceso a las actividades en las que están involucradas las instituciones.

La producción de apps activas y funcionales debe estar en manos de expertos en el área tecnológica que garanticen el fácil acceso y uso de las diversas herramientas programadas.
La producción de apps activas y funcionales debe estar en manos de expertos en el área tecnológica que garanticen el fácil acceso y uso de las diversas herramientas programadas.

El desarrollo de una app funcional no puede estar en manos de amateurs que se guían por tutoriales, que aunque tienen la habilidad de crear un diseño innovador carecen de conocimientos que ayuden a solventar errores o complicaciones que las mismas presenten.

Por tal razón, la demanda de personal capacitado en esta área ha aumentado durante los últimos años. En el 2013, 2 mil 800 salvadoreños se graduaron de carreras relacionadas a la tecnología con la capacidad necesaria para realizar este tipo de proyectos, según la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología Iberoamericana e Interamericana.

Doñán insiste en que en la producción de una aplicación debe intervenir un grupo de personas con conocimientos especializados. Se necesitan no solo programadores, sino diseñadores para el área gráfica, guionistas, redactores, mercadólogos para los estudios de mercado, y otros participantes que garanticen el éxito funcional de una app.

La diseñadora gráfica de CAMARASAL, Sonia Menéndez, expresa que lo ideal es que tanto diseñadores como programadores deben estar presentes durante todo el proceso de creación de una aplicación para ir solventando errores e ir mejorando el diseño de acuerdo al sistema operativo y alcance de la misma.

Según el libro “Revolución Mobile”, las aplicaciones tecnológicas se han vuelto parte  de la vida cotidiana de las personas que las utilizan. Gracias a la era digital se  acortan distancias, se facilitan trámites, se reducen molestias y se vive más relajado.
Las aplicaciones tecnológicas se han vuelto parte de la vida cotidiana de las personas que las utilizan. Gracias a la era digital se acortan distancias, se facilitan trámites, se reducen molestias y se vive más relajado.

“Una de las principales características que debe presentar una app es el user friendly; es decir, que sea fácil de manejar, que la gente sepa qué hacer y que no sea difícil de entender”, asegura Menéndez. Las tendencias gráficas cambian con el tiempo, los diseños flat o sin muchos efectos son los que están de moda en la actualidad.

“En lo personal, lo que busco en una aplicación es que sea fácil de usar, que tenga funciones atractivas, que tenga un buen diseño y que me facilite la vida, que no me la complique más”, declara la usuaria, Laura Flores.

Los costos de una aplicación en El Salvador dependen del tamaño, alcance y complejidad de la misma, y de la empresa con la que se realiza el proyecto. Echeverría explica que algunas instituciones cobran por hora de desarrollo, otras por proyecto entero. Un costo aproximado es de 300 a mil dólares por apps sencillas y más de mil dólares por apps complejas.

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