“No sólo se estudia para ganar dinero»

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Una de las razones que motivó a Milton Martínez a cursar la Maestría en Desarrollo Local, en la UCA, fue porque consideró que para hacer un cambio en la sociedad no sólo hay que querer hacerlo, sino que hay que estar preparado para desarrollarlo.

Milton José Martínez Ventura, Licenciado en Administración de Empresas y graduado de la Maestría en Desarrollo Local de la UCA en el 2016.

Por Luz González

Durante mi carrera me identifiqué bastante con el señor Jorge Martínez. Él impartía la materia de Dirección Estratégica. Nos obligaba, en el buen sentido, a estudiar porque quería lo mejor para nosotros.

Al principio era como ‘nos está socando demasiado’ o ‘nos está exigiendo mucho’ pero, a medida pasó el tiempo, nos dimos cuenta que a él le interesaba que nosotros realmente aprendiéramos, que no estuviéramos solo para pasar, sino para aprender. Y eso se valora bastante.

Considero que mi vida universitaria en la UCA fue bastante completa porque pude combinar la parte curricular con lo extracurricular pasando por el Plan de Formación Integral.

También porque tuve la oportunidad de trabajar, aun siendo estudiante de la licenciatura, en la Coordinación de Asuntos Estudiantiles, que hoy es el Centro de Asuntos Estudiantiles (CAE).

Luego, me involucré en el Programa de Liderazgo Ignaciano Universitario Latinoamericano (PLIUL). Este programa lo ofrece el CAE y permite que los estudiantes se inserten en la vida de una comunidad. Algo que no se hace todos los días.

También, incita a cultivar, recordar y poner en práctica lo ignaciano, que tiene mucho que ver con la educación de la universidad por el hecho de pertenecer a AUSJAL, que es la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina.

El PLIUL pretende básicamente involucrar a jóvenes en una realidad específica. Luego, se pasa una etapa de ejercicios espirituales y, posteriormente, cada estudiante asume hasta cierto punto la responsabilidad de poner en práctica todos sus conocimientos.

Otro de proyectos universitarios en los que me involucré fue en el Plan de Formación Integral en el 2007, que fue cuando entré a la universidad. En el Programa de Liderazgo participé en el 2009. Estuve involucrado en él desde el 2009 hasta el 2011, que fue mi salida de la universidad como empleado. Luego regresé en el 2014 y 2015. Fue una experiencia bastante constructiva, en el sentido que primero lo viví y, luego, pude contribuir, como colaborador del programa, a que otros estudiantes la pudieran vivir.

En la UCA me dieron la oportunidad de formarme extracurricularmente.

En el programa de liderazgo, tuve la oportunidad de asistir en septiembre de 2009 a un congreso de estudiantes de toda Latinoamérica que fue en Cali, Colombia. Igual allí hubo intercambio de experiencias, muchas amistades, conocer puntos de vistas distintos sobre situaciones parecidas que se viven en Latinoamérica. Eso ahora me permite ser más crítico.

Lo que me gusta más de la universidad es que, de alguna manera, trata de inculcar lo ignaciano. Quizás no se logra tanto por el programa de estudios porque a veces hay poco tiempo y mucho contenido que desarrollar. Entonces incorporar lo ignaciano en todo el programa de estudio es complicado. Sin embargo, si uno se involucra en estos espacios de formación extracurricular, como lo comenté, pues se vive mucho más la experiencia.

Además, se descubre que no solo se estudia para ganar dinero, sino también para poner ese conocimiento al servicio de los demás. Como graduado UCA estoy comprometido con una sociedad más justa.

La maestría también la decidí estudiar en la UCA porque considero que hay catedráticos con mucho peso en esa área de desarrollo local, que son bastante reconocidos a nivel nacional e internacional. También, por la credibilidad que tiene la universidad. Es una de las mejores en el país.

Actualmente trabajo en el área de investigaciones de la Universidad «Dr. Andrés Bello» y soy especialista en proyectos de ciencias económicas.

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