Miguel Angel Rubio Jovel es ingeniero Mecánico, graduado de la Universidad Centroamericana José Simeón Cañas en el año 2014.
Por Eloísa Nóchez
En el 2003 ingresé a la UCA, de la que recuerdo haber escuchado hablar desde que estaba en el colegio.
Al graduarme del colegio, solo fui a la UCA a retirar los papeles de admisión, sabiendo que si no quedaba en la universidad no iba a estudiar.
Desde muy niño me sentí atraído por los carros. Veía como mi papá arreglaba los vehículos que traía de Estados Unidos, razón por la que quise estudiar alguna ingeniería en mecánica automotriz, pero como el país no existe una carrera como esa, decidí que los más similar era la Ingeniería mecánica.
Durante los años que curse como estudiante en la universidad, éramos pocos los que optamos por esta carrera, por su nivel de dificultad. En ocasiones, unos 16 a 19 estudiantes en un aula, esto daba lugar a que nos conociéramos entre todos.
De 20 personas que éramos en el salon, nos congregábamos en la casa de alguien para estudiar porque teníamos parciales. Eramos un grupo muy unido, al grado que nos organizabamos para solicitar algún cambio de fecha para entregar alguna actividad o algún parcial.
La experiencia que se vive al cursar una carrera con muy pocos compañeros es poder brindarle ayuda a otras personas, buscar soluciones en conjunto, desvelarse juntos. Son cosas que lo marcan a uno en la vida y recuerdos que no se olvidan.
Ingeniería Mecánica es una de las carreras más completas y una de más dificiles de llevar. Una de las catedráticas que marcaron mi vida fue la Ingeniera mecánica Florencia Lartatei, sus materias no eran nada fáciles. Algo que la caracteriza, es poner en práctica la teoría. En sus proyectos siempre teníamos que competir con los otros grupos, esto con el fin de sacar lo mejor de nosotros.
En una ocasión nos dejó un proyecto para construir una mesa de papel utilizando solamente como instrumentos de construcción páginas de papel bond y pegamento, ambos elementos iban pesados. Una de las condiciones era que la mesa no tenía que sobrepasar el peso que ya tenían los materiales, la mesa debía ser lo más alta y ancha posible, al finalizar el proyecto, recuerdo que nuestra mesa fue la mejor.
La UCA me enseñó a esforzarme y no darme por vencido, en algunas ocasiones pensé tirar la toalla y no seguir al ver lo complicado que era la universidad, pero a pesar de todo, Dios me dio las fuerzas para seguir adelante y culminar mi carrera.
En el 2014 me gradué como ingeniero mecánico, y pude ver la promesa que Dios un dia hizo a mi vida. Es un orgullo para mi saber que me gradué, ya que muchos quisieran tener la oportunidad de salir de una universidad como lo es la UCA y no cuentan con los recursos económicos.