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El parapente es un deporte extremo en el que el piloto se lanza de una pendiente y planea en el aire, es por eso que volar se vuelve un desafío que no es fácil. Antes de levantar el vuelo es importante la preparación de los materiales de apoyo que a la vez son necesarios, también es de buscar un lugar con las condiciones adecuadas de altura y viento.
Por Marcela Sosa y Karla Pérez
El desafío de volar por los cielos
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Mientras el sol radiante se mantenga a la vista y el calor se perpetúe en el día, las ganas de volar se vuelven realidad para un deportista de parapente.
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El lago de Ilopango y el de Coatepeque son algunos de los sitios en El Salvador donde se práctica este deporte extremo. En la Cordillera del Bálsamo se encuentra Tamanique, sitio en el que se ubica el Cerro La Gloria lugar preferido de los parapentistas para volar.
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Primero se descarga el equipo y se revisan todo los instrumentos a ocupar. Es un descanso, previo a la caminata que se realizará.
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Un parapentista camina alrededor de 20 minutos hasta el punto de despegue. Esta faena se vuelve más corta y agradable si va acompañado.
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Durante la travesía se aprecia la flora y fauna del lugar. Se pueden degustar frutas como mangos, jocotes y aceitunas son manjares que proporciona el medio para los visitantes.
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En la cima la vista es impresionante, al fondo se observa el pueblo de Tamanique y el colorido de todas sus casas.
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Rafael Portillo (izquierda) explica a un turista las condiciones del territorio. Se verifican el clima y se detectan centros de corrientes térmicas que permitan la realización del vuelo.
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Antes de saltar se revisa todo. Paracaídas de vuelo, paracaídas de emergencia, casco, silla o arnés y radio de comunicación portátil son las herramientas necesarias para practicar parapente.
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El riesgo de practicar parapente es menor que el de otros deportes extremos, siempre se toman en cuenta las medidas preventivas, ya sea para el deportista, o para alguien que solo tiene el deseo de volar.
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El tiempo de preparación del equipo es de 30 minutos. Extensión del paracaídas, colocación de equipo de seguridad, sincronización de radios transmisores son de los procesos de logística para que el vuelo sea perfecto.
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“El miedo es el respeto que se le tiene a lo que uno hace”, exclama Rafael Portillo. El miedo siempre está antes del salto.
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Al practicar deportes extremos se descarga adrenalina que produce un estado momentáneo de euforia, de máxima energía y de capacidad de acción.