“ Él siempre se les quedaba viendo a sus estudiantes con ojitos de abuelo bueno”

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Óscar Salinas trabaja para múltiples empresas extranjeras traduciendo material audiovisual al idioma español.

Óscar Salinas se graduó de la UCA en 1989 en la carrera de Administración de Empresas. Actualmente se desempeña como traductor profesional de productos audiovisuales extranjeros.

Por Eduardo Medina

Los recuerdos más vivos que tengo son de la materia de Sociología, estaba a cargo del padre Segundo Montes. Fue mi asesor y un gran maestro. Recuerdo que él siempre se les quedaba viendo a sus estudiantes con ojitos de abuelo bueno, siempre era muy profesional en decir las cosas y guiarnos.

Fui instructor del licenciado Manuel Parada. En ese entonces él trabajaba en organizar la Maestría en Administración de Empresas de la UCA, eso lo hacía faltar a clases. A  veces me tocaba dar la clase, era difícil, los compañeros eran exigentes porque todos trabajaban, tenían empresas y mucho conocimiento.

Trataba de razonar con ellos para aclararles que yo no era el profesor que yo no lo sabía todo y que iba a hacer lo posible por solventar las dudas . A partir de la tercera clase, la gente empezó a tranquilizarse y  fue una buena experiencia.

Recuerdo al padre Francisco Javier Ibisate, fue uno de los asesores que tuve para la tesis. Nos hacía observaciones que sólo él era capaz de hacer con toda su sabiduría.

La última experiencia que tuve fue al momento de la defensa de la tesis. Estaba empapado de todo lo que habíamos hecho, estaba bien preparado. Cuando los jueces de la tesis preguntaban, siempre levantaba la mano para contestar. Lo curioso fue que al final fui la peor nota de todos. No fue una nota baja. Me dolió porque sabía que yo estaba mejor preparado que los otros.

Al final logramos entregar la tesis y nos graduamos. Fueron las últimas graduaciones en las que estuvieron presentes el padre Segundo Montes y el padre Ignacio Ellacuría, eso fue a principios del año 1989.   

Para mí la UCA sigue siendo un excelente centro de estudios, uno de mis hijos sigue estudiando ahí, el otro estudio allí y se fue al extranjero. Los maestros que tuve marcaron una huella en mí porque son gente que admirar y que hacen que te guste la materia y te guste lo que haces. Pienso que esa es la clase de profesionales que la UCA debe cultivar.

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